El Parador de Zamora cierra sus puertas el próximo jueves 17 de octubre por un periodo mínimo de 16 meses para acometer su ambicioso plan de reforma, que cuenta con un presupuesto de once millones de euros y que afectará a varias áreas del histórico edificio. Las obras han sido presentadas con detalle hoy por la directora de Paradores, Raquel Sánchez, que destaca que los trabajos servirán «para poner mucho más en valor» la parte monumental del edificio.
Dentro de los once millones de euros, financiados en parte con los fondos del Plan de Transformación y Resiliencia, hay una partida de 4,3 millones gestionada por Turespaña que irá a parar directamente a los elementos históricos y artísticos del inmueble. Se restaurará la fachada principal y el claustro, los dos elementos más significativos del inmueble, añadiendo además una cubierta a este último para que pueda ser disfrutado durante periodos más largos del año. Hay también sobre la mesa un proyecto de iluminación monumental y se redactará otro de conservación para que el visitantes conozca desde todos los puntos de vista el edificio en el que se encuentra.
Paradores, por su parte, destina 6,6 millones a unas obras que tienen como foco principal la eficiencia energética del edificio, trabajos que engloban desde el aislamiento de la carpintería exterior a la sustitución de las anticuadas calderas, que incorporarán sistemas de control inteligente que también se ampliarán a las habitaciones. «Buscamos reducir la huella de carbono y conseguir que, de aquí a unos años, el Parador tenga una emisión neutra», destaca Sánchez.
Redecoración del edificio
Por otra parte, los trabajos incluyen una parte de «redecoración y puesta en valor» de los elementos artísticos del Parador de Zamora, entre los que destacan los tapices de la Real Fábrica de Tapices. «Esto va a ayudar a que esete monumento pueda también contar con una proyección artística, que es para nosotros muy importante», apostilla la directora de Paradores.
«La intención final es poner de relieve toda la parte patrimonial, histórica y cultural del edificio», añade Sánchez, que recuerda además que el Parador de Zamora «es el que mayor inversión recibe de toda la red» en lo referente a fondos europeos.
La plantilla hotelera
La dirección de Paradores ha negociado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo con toda la plantilla, que se irá a casa mientras duren las obras. «Es algo que está hablado y negociado con todos y entra dentro de la lógica y de las actuaciones que se hacen cuando hay obras en algún edificio», añade Sánchez.
Las obras no afectarán a la capacidad total del recinto, aunque sí se espera «mejorar la experiencia del cliente» y aumentar el grado de ocupación, que este verano ya se ha situado en un elevado 93%. Sobre los plazos de la obra y el hecho de que la web del propio Parador de Zamora hable de un cierre superior a los 16 meses que contempla el proyecto, Raquel Sánchez apunta que «cuando acaben los trabajos, será necesario un tiempo para devolver las instalaciones» a las condiciones óptimas para su disfrute por parte de los visitantes y para acometer tareas como la organización y la limpieza.