El interior de la piscina cubierta de Morales del Vino, cerrada desde el inicio de la pandemia, está vandalizado. Los daños se han producido durante estas últimas semanas, después de que se cerrara el recinto deportivo aledaño que todavía daba algo de vida a la zona. Los vándalos han entrado con palos, han roto puertas y cristales, han estropeado material y han arrojado a los vasos, vacíos, un buen número de enseres.
Las instalaciones deportivas del pueblo llevan meses cerradas y Morales del Vino ha vivido un verano en el que ni siquiera se ha abierto la piscina exterior. El gimnasio, que se mantenía abierto hasta hace unas semanas, cerró a principios de julio y ahora ni siquiera hay máquinas en su interior. El estado de la piscina de verano es igualmente malo, con el agua en muy mal estado y con una zona ajardinada muy difícil de recuperar.
El Ayuntamiento de la localidad ya cifró lo que costaría recuperar las instalaciones por su evidente mal estado. El nulo mantenimiento de las instalaciones deportivas Morales Sport por parte de la empresa Primus Invictus, que se ha traducido en su práctico abandono, supone unos gastos estimados de reparación de 278.764 euros, según las cuentas de los técnicos de la Mancomunidad de Morales del Vino (que se elaboraron cuando Morales todavía no había decidido abandonarla). Cantidades que el Ayuntamiento moralino exige a la empresa y que se ha traducido en la existencia de un procedimiento judicial ante el Contencioso Administrativo saldado a favor del Ayuntamiento.
Sobre la puesta en marcha de las instalaciones, nada se sabe. Lo único que ahora hay sobre la mesa es la existencia de un procedimiento judicial para que el Ayuntamiento recupere la gestión de Morales Sport, cedida a Primus Invictus hasta 2035.