«El pueblo de Castromil estuvo con mucho, mucho, mucho peligro, hubo que esperar el fuego ya junto a las casas. Y esta mañana temíamos por San Ciprián, pero de día es más fácil con los medios aéreos». Quien pronuncia estas palabras es el alcalde de Hermisende, Jesús González, ya algo menos tenso después de otra jornada más de horas críticas por un incendio en su municipio. Y van unas cuantas en menos de una semana.
El regidor habla de lo sucedido con unas llamas que obligaron a la Junta de Castilla y León a declarar el nivel 1 ante la previsión de necesitar más de doce horas para controlar el avance del incendio. Todo comenzó en la noche del martes y, cerca de las siete de la tarde del miércoles, la situación parecía «prácticamente controlada». «Nunca se puede decir al 100%, porque depende de una multitud de factores, pero estamos más tranquilos», concede González, consciente de que el fuego ha sido dañino, pero también sabedor de que podría haber sido peor.
Ahora, lo que impera en toda la zona de Hermisende es una sensación de «nervios, malestar y enfado». «Al 99% ha sido provocado, y tal vez por gente que no es nuestra, que viene de fuera a hacer daño», sugiere el alcalde, que matiza que carece de pruebas para señalar a nadie, pero que tiene claro que el incendio ha sido intencionado y que no ve «a nadie capaz de hacer esas cosas dentro del municipio».
Para Jesús González, se trata de gente que «disfruta de hacer daño» y que ha provocado, sin ir más lejos, que ardiera una importante zona de castaños en Castromil: «Ahí, la cosecha de este año ya se trincó», lamenta el alcalde, que indica que también se han calcinado pastos habituales para el ganado y que remarca que «estuvieron en peligro una nave de cerdos y otra de terneras».
En alerta desde el sábado
«Es un disgusto para la gente, porque estás cuidando unos árboles que ves marchar en unos segundos», admite el alcalde de Hermisende, que mira a la parte anímica de unos vecinos que llevan desde el sábado sin salir del estado de alerta por el fuego. El primero también alcanzó el nivel 1, comenzó el sábado y se produjo por un accidente: una avería en una torre eólica: «Eso lo sabemos a ciencia cierta», afirma Jesús González.
Sin embargo, ya el domingo, se declaró otro fuego «pequeñito, que se cree que fue intencionado» y que resultó ser el preludio de lo del martes: «Este último, por cómo empezó y por el día que escogieron, tenemos claro lo que ha sido», reitera el alcalde, que todavía no puede precisar cuántos castaños se han visto afectados y que solo agradece que no haya habido que lamentar daños personales en el municipio.