Un año más asistimos a la «semana europea de la movilidad», una iniciativa fomentada en España por el Ministerio para la Transición Ecológica que este año tiene como leitmotiv el «espacio público compartido», una temática que resulta de especial interés atendiendo a la política de remodelación de espacios públicos que desde el Ayuntamiento de Zamora venimos materializando en los últimos dos mandatos junto al actual.
En la edición del presente año, desde el Ayuntamiento pretendemos poner en valor, mediante la realización de una serie de sencillas actividades, la importancia de las plataformas únicas, el cuidado de los espacios de la ciudad y la vitalidad que adquieren los espacios transformados una vez el humo de los vehículos da paso a los espacios estrictamente peatonales o a los viales de coexistencia.
No en vano, uno de los espacios recientemente transformados en nuestra ciudad pone de manifiesto lo que escribo: la plaza de la Puebla. Este céntrico espacio ha visto su esencia transmutada, pasando de ser un mal aparcadero de unas decenas de vehículos a convertirse en una de las plazas más dinámicas de la ciudad, donde se visibiliza la verdadera cohabitación en los usos de los distintos espacios. Se mantiene y garantiza el acceso de los vecinos a sus garajes a través de un vial de coexistencia delimitado por bolardos y se ha peatonalizado el resto del espacio dotándolo de arbolado, mobiliario (bancos y fuente) y un parque infantil, garantizando la accesibilidad universal gracias a su urbanización como plataforma única y a la construcción de una rampa de acceso desde la calle colindante.
Todo esto se traduce en la sustitución de los vehículos (donde la supresión del estacionamiento se traslada y amplía al aparcamiento disuasorio y gratuito de La Vaguada y a la avenida de la Feria) por niños jugando, negocios que han visto mejorada su capacidad gracias a la instalación de terrazas que ayudan a dinamizar comercialmente el entorno o actividades promovidas por el Ayuntamiento o asociaciones de diversa índole. Todo un ejemplo además de retroalimentación entre negocios gracias a la transformación del espacio público.
Sin duda, las plataformas únicas son un recurso fundamentalmente útil que debemos consolidar como una de las políticas de articulación y remodelación de las vías públicas, gracias a la eliminación de niveles que garantizan la accesibilidad y al establecimiento de la preferencia peatonal, mejorando además la calidad de nuestras calles para acceder al comercio de proximidad garantizando el estacionamiento en puntos concretos, delimitados y próximos a estas vías. Por ello, en esta semana de la movilidad, desde el Ayuntamiento de Zamora estamos promoviendo una campaña informativa acerca de las mismas, enfocada principalmente a dar a conocer las normas de uso y las ventajas que este modelo de vías públicas trae consigo.
Por otro lado, debemos continuar mejorando la movilidad en los entornos escolares. Son numerosas las obras ya realizadas en este sentido, con especial relevancia ejemplificadora en la peatonalización de un tramo de la calle Aceñas, donde se ha garantizado en su totalidad la seguridad de los escolares de Pinilla, atendiendo además a una demanda vecinal y de la comunidad educativa. En las próximas semanas se iniciarán también las obras de remodelación del entorno del colegio público «Ríomanzanas», una intervención que atenderá a los criterios de configuración del espacio como platafoma única y que mejorará sustancialmente tanto la funcionalidad como la estética de esta vía pública, para dar paso a intervenciones similares en lo que resta del actual mandato.
Junto a todo el trabajo municipal en materia de movilidad, no puedo olvidarme de las obras que actualmente está ejecutando el Ministerio de Transportes en tres de las principales vías de la ciudad: avenida de Galicia, Cardenal Cisneros y avenida de Requejo, a las que se le sumará próximamente la avenida de la Feria. La transformación de estas tres travesías -que una vez finalizadas pasarán a ser responsabilidad directa del Ayuntamiento- viene para actualizar tanto la funcionalidad como para transformar completamente el paisaje urbano de estas fundamentales vías kilométricas. Una inversión sumamente necesaria que actualizará estos viales manteniendo su importancia circulatoria para el tráfico rodado, ganando además espacio para los peatones -renovando mobiliario y plantando nuevo arbolado- y para los ciclistas o usuarios de vehículos de movilidad personal.
A todo ello hay que sumarle, además, la política municipal de transformación de determinadas parcelas o espacios municipales en zonas estanciales y verdes, poniendo como ejemplos recientes y significativos los del mirador de La Lobata, el entorno de la ermita de la Peña de Francia o el verdecer del parque de San Martín: un entretejido de las políticas de movilidad con las políticas medioambientales que coadyuva a transformar nuestra ciudad y sus espacios públicos en un municipio accesible, funcional y sostenible.