En dos corrientes distintas, pero juntos en Izquierda Unida. Así están el coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, y el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, que este jueves han comparecido unidos en el marco de la visita del líder nacional del partido a la ciudad. Se trata de una de las primeras salidas a las provincias del dirigente desde que asumió el cargo, y la elección no es casual. Esta es la única capital donde gobierna la marca, y lo hace además con un grupo de militantes al frente que cree que las confluencias están perjudicando a la organización.
Ni Guarido ni Maíllo han ocultado esa realidad y las diferencias que ambos exhibieron ya durante el proceso interno de elección del mandatario federal, en el que la militancia de Zamora casi en pleno apoyó la candidatura de José Antonio García Rubio: «Nuestro partido siempre ha tenido una democracia interna profunda», ha advertido el dirigente zamorano, mientras que el líder nacional ha puesto por delante su «admiración personal y política» hacia quienes están logrando mantener arriba la bandera de IU en unos tiempos en los que su peso parece haberse diluido incluso dentro de la propia izquierda.
Aún así, tras valorar la coherencia de sus compañeros, Maíllo ha defendido su postura: «Hay parte de razón en el hecho de que esta organización ha podido tener un papel diluido en los últimos tiempos, pero creo que es compatible fortalecer el partido, reivindicar el espacio de Izquierda Unida y apoyar la política de alianzas. No todos los sitios son Zamora, Los Palacios o Buñuel, donde tenemos una posición hegemónica», ha argumentado el mandatario federal.
En esa línea, Maíllo ha opinado que la ley electoral «castiga la fragmentación», por lo que ha insistido en defender los movimientos de unidad de la izquierda con una reivindicación del papel de Izquierda Unida y de «los métodos democráticos».
Más allá de eso, Maíllo ha defendido la necesidad de establecer una dirección «de carretera y manta», de apoyo a las periferias y de rechazo al centralismo de Madrid. Esa idea ha de ser compatible, según el mandatario federal, con reivindicaciones generales como la de un acceso más barato a la vivienda: «Hay que evitar que los salarios sean devorados por los alquileres», ha resaltado el dirigente político.
La financiación
Por otro lado, Maíllo ha citado también la pertinencia de que la financiación autonómica se negocie desde el prisma de la equidad: «No puede haber diferencias en los servicios públicos en función de donde uno viva», ha considerado el dirigente de IU, que ha hecho una defensa de la obligada llegada de recursos a las entidades locales, que ahora se encuentran «infrafinanciadas».
Ahí, el político andaluz sí ha coincidido con Guarido, que ha relatado que, en estos momentos, el Ayuntamiento recibe más dinero del Estado por el incremento de la recaudación a través de los impuestos, y que ha reclamado que la Junta haga un esfuerzo mayor a la hora de sostener a la Administración más cercana.