El 31 de agosto suena a despedida en los pueblos de Zamora. El último día del octavo mes del año significa, en muchos lugares, el adiós de los veraneantes hasta el estío siguiente, aunque en realidad muchos ya se habían ido yendo en forma de goteo durante los días anteriores. Es la realidad que les toca a las comarcas: casas llenas en las jornadas largas y calurosas y persianas bajadas cuando el otoño empieza a asomar por el horizonte. Y Sayago, claro, no es una excepción.
Lo que ocurre es que esta zona de la provincia, en lugar de sentarse a saborear la melancolía, ha decidido aprovechar este sábado para reivindicar su identidad, para exprimir el final del verano con un Día de la Comarca reivindicativo, de exhibición del «orgullo innato» que va en el carácter de sus gentes. Lo ha hecho, además, en uno de sus lugares emblemáticos, la ermita de Gracia, y con autoridades, artesanos, artistas y vecinos mezclados para agitar la bandera de la unidad.
La cita la ha organizado la asociación de empresarios de Sayago, cuyo presidente, Francisco Rodríguez, ha sido el encargado de ofrecer el discurso previo a la entrega de premios y posterior a la misa que se ha celebrado en la ermita. El anfitrión ha destacado la gran afluencia de público y la presencia del presidente de la Diputación, Javier Faúndez, o del subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco, además del grueso de los alcaldes. «Es muy importante para nosotros esa unión», ha admitido el interviniente.
Las demandas
Rodríguez ha señalado que Sayago demanda «inversión» para paliar unos problemas que arrastra desde hace años. Por ahí asoman las cuestiones del campo «y su falta de relevo», pero también las ilusiones que se han ido esfumando, como la nueva carretera de conexión con Portugal o el desarrollo industrial en el polígono de Bermillo: «Aquí todo cuesta», ha destacado el representante de los empresarios, que ha incidido en su afinidad con Faúndez para tratar de desbloquear alguna de esas iniciativas pendientes.
Con la Diputación, pero también con los alcaldes de la zona, pretende trabajar la asociación, que tiene en mente «varios proyectos que son posibles, pero que hay que desarrollar». Y aquí, de nuevo, Rodríguez ha vuelto a la unidad: «Hay que hacerlo entre todos, por libre no funciona. Los proyectos potentes son los que tienen salida, las miniaturas son otra cosa», ha zanjado el anfitrión del Día de la Comarca de Sayago.
Y a partir de ahí, los premios, El sacerdote Ángel Francisco Simón Piorno ha recibido el de Sayagués Ilustre; la Asociación de Raza Sayaguesa, el de Empresa del Año; Caja Rural de Zamora el de entidad colaboradora y el Restaurante España, el galardón a la Innovación. La periodista Alba Villalba ha sido la encargada de conducir el acto y de darle también la palabra a la pregonera, su colega de profesión Estefanía Vega, de origen sayagués y con raíces en Argusino, un pueblo anegado en los años 60 por la presa de Almendra. El progreso también borra identidades.
La mirada de Vega
Vega ha realizado un repaso por la historia de la propia ermita donde ha tenido lugar la jornada, y ha repasado parte de su historia familiar, con las labores de su abuela, la vinculación con la Virgen de Gracia, el amor por las tradiciones y el sentimiento sayagués que ella ha heredado. La pregonera ha defendido el valor de la comarca por encima de los 59 núcleos de población y la forja de una manera de entender la vida marcada por el aislamiento y un río Duero que ha ejercido siempre «como emblema y mayor obstáculo» a la hora de tratar con Aliste y Portugal.
La periodista ha hablado de los oficios y las tradiciones, de la humildad y el trabajo colectivo, de los parajes naturales, de los asentamientos antiguos, de la riqueza del barro, del pastoreo de antaño y del habla que algunos aprendieron antes de extender su voz lejos de las fronteras de Sayago, con los casos paradigmáticos de Miguel Manzano o Justo Alejo.
En la parte reivindicativa, Vega ha incidido en la necesidad de que haya «apuesta y decisión» para que la comarca crezca y para que sus productos se potencien: los de siempre y los que nacen de la innovación en cualquier sector. «Sayago es tierra de gentes humildes, pero también debe serlo de empresarios y emprendedores decididos. Ellos deben encontrar el arrojo necesario y la mano tendida para lograr que el empedrado y a veces tedioso sendero sea más llano», ha remarcado la periodista.
Ya en la parte final de su alocución, la pregonera ha elogiado a quienes se quedan, ha citado a los que se implican y ha regresado, como antes Francisco Rodríguez, a la importancia de la «unidad». «Hablar del Día de la Comarca supone un acto de pertenencia, de orgullo y arraigo. A vosotros, sayagueses, os pido que no perdáis nunca ese espíritu reivindicativo e inconformista», ha zanjado Estefanía Vega.
Tras el acto, vinieron los bailes, la música y el lleno en las casetas de artesanos y en el bar. Cada cual a lo suyo. La fiesta de hermandad se prolongará todo el día, hasta que agosto eche su último aliento. Luego será 1 de septiembre y Sayago seguirá en el mismo sitio, pegada a su piedra, donde siempre, a la espera de que los que marcharon vuelvan y sostenida por los que se quedan.