Las trampas de vespa velutina que han sido instaladas por los socios de la Unión Profesional de Apicultores de Zamora desde el pasado mes de marzo han servido para capturar a 301 reinas de la especie invasora, por lo que se ha evitado la formación de otros tantos nidos gigantes de la avispa, que causa estragos a los apicultores de Zamora y de la comunidad gallega. Las trampas se han instalado bajo la dirección de la científica y experta doctora zamorana Ana Diéguez, de Pozuelo de Vidriales, miembro del equipo del Campus de Orense perteneciente a la Universidad de Vigo.
El grueso de las trampas se distribuyó en las comarcas de Sanabria, Carballeda y Aliste, aunque también se situaron en el resto de comarcas de la provincia. Durante el mes de abril se capturaron 186 reinas (y se evitaron otros tantos nidos), 90 en el mes de mayo y 25 en el mes de junio.
Por comarcas la más afectada es Sanabria, y muy concretamente la Alta Sanabria (30% de las capturas), aunque ya abundan los ejemplares en las faldas de Cabrera Baja o en las estribaciones de la Culebra más occidental. De igual forma se han recogido individuos en casi todos lo municipios de la Carballeda, así como en la parte oeste de Aliste donde los censos tampoco son menores. La extensión continúa por todo el norte de la provincia hasta las estribaciones de Tierra de Campos, y por el sur, en Sayago hasta el municipio de Alfaraz.
Los apicultores insisten en que la presencia de velutina no es un problema exclusivamente suyo. “La entrada de esta avispa de forma generalizada en la provincia va a ser un problema para todos los ciudadanos, que van a sufrir en sus carnes los ataques y las molestias que causa otra especie de avispón (además del autóctono Vespa crabro), pero que en este caso concreto construye nidos de más de 90 centímetros de diámetro como los retirados a finales del año pasado en San Salvador de Palazuelo, Puebla de Sanabria, Hermisende o Villabrázaro”.
Los nidos pueden llegar a albergar miles de avispas, en contraposición a las decenas que agrupan los avisperos autóctonos, y de ahí el principal riesgo. Se han convertido en habituales, “cuando no deberían serlo, las noticias de muertos por picaduras de Vespa velutina en Galicia, y en Castilla y León tristemente será cuestión de tiempo. Las avispas, ninguna de las avispas, pica por que sí, pero cualquier daño o amenaza a su avispero será repelido con tantos individuos como tenga la colonia, y 2000 avispas no son pocas avispas”, aseguran las mismas fuentes.
Los apicultores reclaman un plan de trampeo a instancias de la propia Junta de Castilla y León, como se hace en otros casos, y por tanto la contratación de un servicio propio de trampeo cada primavera que pueda operar “con más de 2.000 trampas en el oeste y norte de la provincia, ya que es la administración competente a este respecto, y entendemos que deben destinarse los recursos suficientes ahora que la ocupación es reciente”. Galicia, indican las mismas fuentes, “ya invierte varios millones de euros anualmente en la retirada de nidos y en paliar las consecuencias de esta especie por no haber destinado los fondos necesarios para su control en un principio, ya que su erradicación se considera, hoy por hoy, inviable”.