Son 17, y son fundamentalmente mujeres. Se encargan de bucear en la historia y en el patrimonio de Sayago para que, dicen, no se pierda «apolillado» en los baúles de las casas de la comarca. Y, durante todo el año pero especialmente en verano, son las verdaderas impulsoras de la cultura en Bermillo de Sayago. Se trata de las integrantes de La Mayuela.
De entre todas, las compañeras destacan a Tere. Es Teresa Araújo, y según sus compañeras es el verdadero pulmón de la agrupación cultural. La que se encarga de programar actividades, la que organiza y la que involucra a cada vez más personas para participar. «No es para tanto», dice ella. «Va que no».
Este verano, Tere y otro puñado de mujeres, entre las que están Toñina Hernández y Ángeles Alonso, han programado una intensa propuesta cultural que tiene como plato fuerte la elaboración de unos pañuelos pintados con motivos tradicionales que adornarán las calles del barrio durante los próximos días. Las mujeres hablan con orgullo de una elaboración, la de los pañuelos, que tiene su miga. Se han decorado pintándolos, consiguiendo formas y relieves verdaderamente bonitos. «Están muy trabajados, están muy bien», aseguran mientras los observan y comparan los motivos con los trajes tradicionales que allí tienen guardados.
Y es que los trajes son, precisamente, el punto fuerte de la propuesta cultural de La Mayuela. Ahora están guardados, de la manera en que mejor parece a las integrantes del grupo, en el aula que Bermillo de Sayago dedicó al padre de Ángeles, a Ricardo Alonso. «Él fue el principal artífice de la recuperación de estos trajes junto con su mujer», Teresa García. «Fueron casa por casa, preguntando a la gente si tenían trajes tradicionales, para que los dejaran copiar y mantener así el patrimonio».
«Hubo mucha gente que dijo que no, que no lo dejaba. Otros dijeron que sí, pero los trajes, como sucede con todas las herencias, se reparten, así que no es fácil encontrar uno completo en una casa», relata Nines Carrascal, hija del pueblo que, aunque trabaja en Andalucía, participa de forma activa en La Mayuela durante sus estancias en Sayago. A su cargo corre una conferencia sobre el vestir tradicional sayagués que se celebrará en la tarde del jueves.
El proceso de «copia» de los trajes fue, recuerdan las mujeres, verdaderamente laborioso. Se pagó a cada costurera 60.000 pesetas por traje, «un dineral» para la época. Y se confeccionaron bastantes, aproximadamente una decena. «Mi madre tenía un buen montón de patrones», recuerda Carrascal.
Las mujeres hablan con pasión del proceso de recuperación de los trajes y de su posterior uso en bailes. Ahora, de no ser por ellas, estarían de nuevo guardados, en baúles. De nuevo en el punto de salida. Pero la asociación cultural reclama ayuda. Los trajes están guardados en el aula Ricardo Alonso con la mayor dignidad posible, pero el espacio es pequeño y poco visitable. «Queremos un sitio mejor, está el edificio del Ministerio», el que hay en la carretera que atraviesa Bermillo de Sayago, pero los trámites de momento se han enquistado. «Este es un patrimonio que hay que mostrar, porque si no, acabará por perderse. Pero parece que a ninguna institución le importa», lamentan. «A ver si lo conseguimos y nos dejan un sitio», apuntan.