Sobre uno de esos rincones urbanos donde antes no había nada, ahora hay arte. En la Travesía de Santa Ana, integrado en unas escaleras que hasta esta semana lucían carentes de cualquier atisbo de belleza, aparece ahora un mural con un ajero en las Tres Cruces, las sopas de ajo en los cacharros de Pereruela y los ingredientes sobre la pared, para que nadie se lo pierda. Quien lo ha creado todo todavía estaba este jueves vestida de faena para rematar los últimos detalles. Su nombre es Laura Merayo, se trata de la primera mujer que se ha sumado a los proyectos de Zamora Variopinta y sí, claro, tiene el ojo hecho a las tradiciones.
Todavía con el rodillo en la mano, tras una semana de jera intensa, Merayo se explica para que la gente entienda cuando mire, aunque el mural prácticamente lo dice todo: «He querido representar la Feria del Ajo, pero también mezclarla un poco con la tradición de las sopas en la Semana Santa. Además, los cuencos que aparecen son de Pereruela y, con el resto de los ingredientes, incluyo a la gastronomía de Zamora», enumera esta artista de 23 años, que realizó previamente un trabajo de campo para escoger la imagen del hombre al que quería mostrar en el papel protagonista.
La autora del mural optó por un varón girado y por difuminar el fondo. Todo, «con una gama cromática que quedaba mejor con los edificios» de ladrillo. «Los murales tienen que estar integrados», advierte la artista zamorana, que recibió el encargo del Ayuntamiento sin demasiadas normas que la encorsetaran y que se decidió por un tema local, aunque lejos de una de sus especialidades: las mascaradas, que protagonizan su reciente Trabajo Fin de Máster: «He querido aportar algo diferente», aclara.
Laura Merayo mantiene una actitud resuelta, se explica bien y cuenta con las tablas de haber hecho ya más murales en otros puntos de la geografía provincial y nacional. Hace un par de años, la artista se estrenó en Morales; luego tuvo la oportunidad en Valencia, donde vive durante el año, y después en certámenes organizados como el de Zaragoza: «Al final, lo que mas satisface es que la gente que pasa por aquí mientras lo haces te diga: ¡qué chulo! Porque además esas personas suelen ser bastante críticas», apunta la muralista.
En esa línea, Merayo aprecia más un comentario positivo en directo que un post de alabanza en Instagram, más allá de que es consciente de que los tiempos vienen como vienen. Es más, lo aprovecha. Ahora, eso sí, la presencia en la calle le permitirá acercarse a otros públicos en Zamora: «Es una buena forma de dar visibilidad, pero no solo a los artistas, también a las cosas que representan», analiza la autora, que considera que, por esta tierra, las tradiciones tienen mucho peso: «Tiramos de lo nuestro», subraya.
La tradición, desde el arte
En esa línea, su creación vinculada a los ajos y a las sopas también sirve para «mostrar de forma permanente esas tradiciones que en la calle solo aparecen en momentos específicos», y va en la línea de unos murales zamoranizados y «no con temas aleatorios» como los que se pueden encontrar en otros lugares.
Ahora, una vez realizados todos los remates en la Travesía de Santa Ana, esta mujer graduada en Bellas Artes y especializada en Producción Artística, regresará a Valencia para profundizar en su formación dentro del ámbito de la ilustración. Mientras, seguirá con sus encargos y sus exposiciones, sin perder de vista a Zamora: «Seguiré investigando sobre la provincia para darle voz a nuestras cosas en otras ciudades», concluye Laura Merayo, antes de empezar a recoger y dejar completamente a la vista su arte.