Torres del Carrizal apenas supera los 430 habitantes en invierno pero, como tantos otros lugares rurales de la provincia y de todo el país, duplica esas cifras con la llegada del verano. Ubicada a apenas 14 kilómetros de Zamora capital, esta es una de esas localidades con piscina pública que tiene el potencial de atraer, además, a las familias y a los grupos de amigos que buscan una zona de refresco cerca de la ciudad, sobre todo en semanas como esta, en las que las tardes sin remojo se hacen eternas y rozan lo insoportable.
Sin embargo, los vecinos de todo el año, los que se instalan en verano y quienes acostumbran a ir solamente en busca de ese oasis se están topando en estas primeras semanas del estío con una piscina cerrada. De hecho, si uno se asoma, ve que el vaso está vacío. El alcalde de la localidad, Juan Carlos Nieto, que accedió al cargo en 2023, explica que hacía ya bastantes años que la gestión de las instalaciones corría a cargo de «un chico del pueblo». Según el regidor, esta persona dejó la tarea, pero «lo hizo muy tarde», ya en primavera.
Con este panorama, el Ayuntamiento de Torres del Carrizal se vio en la tesitura de sacar a licitación la gestión de la piscina de manera ágil. Según fuentes vecinales, en la primera convocatoria no se presentó nadie; en la segunda, tampoco. Ante esa circunstancia, el Ayuntamiento se propuso abrir las instalaciones con una gestión directa, pero también se ha topado con algunos problemas.
Estas mismas fuentes señalan que una inspección provocó que salieran a la luz determinadas deficiencias que el Ayuntamiento ha tenido que solucionar: «Hemos hecho algunas mejoras. Pintamos el almacén, arreglamos los vestuarios, los vasos…», enumera el alcalde, que reconoce que «Sanidad ha pedido unos requisitos» que los servicios municipales están tratando de cumplir.
Lo que ocurre es que, mientras tanto, los días avanzan, el calor aprieta y la piscina sigue cerrada: «La intención es abrirla, pero las cosas no son tan fáciles», insiste el mandatario local, que ya ha contactado con un par de socorristas para tratar de tenerlo todo a punto por si finalmente llega al menos para el mes de agosto: «Nosotros entendemos que todo está mejor si se encuentra funcionando», recalca Nieto.
Las exigencias para una piscina antigua
El alcalde concede que estas cosas son «las que pillan por sorpresa» cuando uno accede a la responsabilidad municipal, y apunta que han sido su equipo y él quienes se han visto en esta tesitura tras «22 o 23 años» con la misma gestión: «Además, para cumplir la normativa, cada vez hay más exigencias y esta es una piscina que ya no es nueva», desliza Juan Carlos Nieto.
Los vecinos que plantean sus quejas son conscientes de que ha existido «disposición» por parte del Ayuntamiento, pero lamentan que esa voluntad «ha llegado tarde» y reclaman que sus responsables municipales trabajen para cumplir con su obligación antes de que los problemas se sitúen a las puertas.