En el cuartel de la Guardia Civil de Bermillo de Sayago viven apenas tres agentes con sus familias. Poco para lo que fue en tiempos, con las viviendas llenas de familias. El aspecto exterior es penoso, con el muro exterior caído desde que lo tumbó un temporal de viento el pasado otoño, sin que se haya reformado aún. En el de Fermoselle la situación es parecida, incluso peor habida cuenta de que se trata de uno de los cuarteles más importantes de la provincia de Zamora. Hay 24 viviendas y hay ocupadas cinco, por otros tantos guardias gracias a la llegada de un agente con raíces sayaguesas que estaba destinado en Levante. En uno de los dos edificios de doce viviendas que hay se han destinado dos viviendas para vacaciones de los agentes, pero están hoy por hoy también vacías.
Sirva este retrato rápido para valorar el estado actual de dos de los veinte cuarteles de la Guardia Civil de la provincia de Zamora que han visto reducido su horario en las últimas semanas. El miércoles, el de Fermoselle estaba abierto, no así el de Bermillo de Sayago, que ya abre solo los martes y viernes y no los cinco días laborables de la semana, como sucedía hasta hace poco. En la misma situación están otros 18 pueblos de la provincia: son Alcañices, Arcenillas, Aspariegos, Camarzana de Tera, Carbajales De Alba, Castroverde de Campos, Corrales del Vino, Fonfría, Fuentesaúco, Galende, Lubián, Manganeses de la Lampreana, Mombuey, Muelas del Pan, Tábara, Venialbo, Villalpando y Villardeciervos. Solo se salvan Zamora, Benavente, Toro y Puebla de Sanabria.
Para Ángeles Martínez, alcaldesa de Bermillo de Sayago, se trata de «una pérdida más de servicios» en el medio rural de la provincia. «Sucedió con los médicos, ahora pasa con esto. Los pueblos se vacían porque no hay servicios, porque nadie apuesta por ellos», asegura a las puertas del Ayuntamiento de su localidad.
Martínez apunta además que la presencia de agentes en la zona es cada vez menor. «Cuando pasa algo», apostilla, «vienen desde donde está más cerca». En el caso de Bermillo de Sayago los agentes pueden venir desde Fermoselle, desde Zamora capital e incluso desde Corrales del Vino. Este último caso es especialmente sangrante, porque Corrales y Bermillo comparten demarcación. Cualquier navegador permite comprobar que entre una y otra localidad hay 33 minutos de coche.
El mismo diagnóstico sobre la seguridad ciudadana lo comparte José Manuel Pilo, alcalde de Fermoselle, que se remite a una reunión mantenida en meses pasados con el subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco, en la que ya se empezó a poner sobre la mesa la existencia de una unidad móvil como la que ahora recorre los pueblos de Zamora sustituyendo las funciones de las oficinas de los cuarteles. «La respuesta es que, por población, tenemos los agentes que corresponden a la zona».
La cuestión demográfica, de nuevo. «No es lo mismo un agente por cada 200 ciudadanos en una capital que en un pueblo», asegura Pilo, «con la dispersión geográfica que tenemos en esta comarca». Atender solo al criterio de población, añade el alcalde de Fermoselle, «condena a los pueblos pequeños, porque es como si les dices que por tener pocos vecinos solo les corresponden cuatro días de patrulla al año».
Con todo, Pilo no ve con malos ojos la reducción del horario de atención en las oficinas siempre y cuando vaya acompañado de un aumento de las patrullas por las calles. «La explicación es que esos agentes van a pisar el terreno. Si es verdad, bienvenido sea», añade el regidor fermosellano.
Protesta por escrito ante la Subdelegación
Los alcaldes y el presidente de la Diputación de Zamora celebrarán en la mañana de este jueves una reunión en la Subdelegación del Gobierno en la que se tratarán estas medidas y se explicará la propuesta de la Comandancia de Zamora, que consiste básicamente en reducir horario de atención, suplir estas funciones con la Unidad Móvil que funciona desde esta primavera y aumentar, en principio, las patrullas por las zonas rurales.
La cuestión fue debatida por los regidores municipales en el Consejo de Alcaldes celebrado la semana pasada en Ifeza, pero no se votó una posición común. En cambio, lo que sí ha hecho la Diputación es enviar una carta a los alcaldes de los pueblos afectados para que ellos la firmen en denuncia de la reducción de horarios de atención al público en los cuarteles. Algunos ya la han firmado y otros, de momento, no.