En una misma sala, los trajes tradicionales conviven con El Birria de Tábara y con los personajes de la mascarada de Sesnández, pero también con un carro, un trillo, los aperos y «lo que utilizaba para vivir la gente de por aquí». Ese por aquí se refiere a Aliste, Alba y Tábara, y toda esta serie de piezas se puede encontrar en la exposición de enseres que se ha abierto este fin de semana en Vegalatrave, vinculada a la celebración del Día de la Comarca.
En la sala hay también vasijas, piezas de cocina y otros elementos que despiertan la curiosidad en los jóvenes, el interés en los adultos y la nostalgia en los mayores. Para muchos, ese mundo nunca existió; para otros forma parte de un pasado que recuerdan junto a seres queridos que ya no están. Cada mirada es un mundo en este espacio.
Lo mismo sucede en la exposición de fotografía, donde los asistentes pueden ver el vídeo documental sobre esta tierra creado para la ocasión, pero también unos paneles con fotografías en blanco y negro donde aparecen unas muchachas en el río, un pastor con el rebaño, una señora académicamente enlutada echándole a las gallinas o unos mozos en el descanso de la faena.
Las imágenes son de las gentes de Vegalatrave, cedidas por los propios vecinos o procedentes de algún archivo. Todas se tomaron a lo largo del siglo XX, aunque las más antiguas tienen 100 años y las más modernas unos treinta. En el recorrido, se puede ver la evolución de la vida en este tiempo y se pueden reconocer los rostros si uno está familiarizado con el pueblo en cuestión.
Según los organizadores, la mayoría de los vecinos mayores encuentra aquí al familiar, al amigo o al vecino que había olvidado. No en vano, las personas de las imágenes más antiguas ya se fueron, pero no dejan de formar parte de la memoria colectiva de un lugar que, en el Día de la Comarca, no solo ha acogido la fiesta, también ha aprovechado para reivindicar su identidad.