En la puerta de la iglesia de Vegalatrave, animada como casi nunca, Noa corretea entre la gente con una energía inagotable. Todos los vecinos del pueblo la reconocen; ella fue la última que nació por estos lares. A sus tres años, esta hija de agricultores y ganaderos es más que una muchacha una esperanza, la de una localidad que todavía cree en el futuro. Mientras la chiquilla se cuela entre una nube de piernas, dentro del templo, Claudio San José recibe un reconocimiento como vecino ilustre. ¿Por qué? «Por la implicación en que esto no muera poco a poco».
Esa conjunción entre la presencia de niños y la existencia de personas dispuestas a dar la batalla supone un asidero para Vegalatrave, pero también para otros lugares de Aliste, Tábara o Alba. Los tres territorios han celebrado este sábado, en la citada localidad, los eventos centrales del Día de la Comarca, una cita de unidad con tradición, fiesta y reconocimiento: a Claudio y a otras personas que apuestan por este rincón. Muchas veces, contra los elementos.
En el caso concreto de Claudio San José, «vecino de toda la vida de Vegalatrave», su forma de conectarse con el contexto en el que vive ha llegado a través del conocimiento de la historia, de la recopilación de datos y de la transmisión de esas vivencias antiguas. En definitiva, este guardia civil aún en activo se ha dedicado a lo identitario, a hacer comunidad.
«He consultado el archivo histórico, he hablado con historiadores y he grabado un documental que se puede ver en Youtube», explica Claudio, que subraya que la gente que tuvo que marchar y los descendientes que ni siquiera conocieron esta tierra aprecian mucho el contenido. Hablamos de personas de Argentina, de Brasil, de Cuba, de Suiza o de Alemania. Otros, los que se fueron a Barcelona o al País Vasco aún tienen margen para volver, aunque sea solo cuando agosto demanda paz y contacto con el hogar.
Ahora, para el Día de la Comarca, Claudio ha elaborado una segunda parte en la que también se refleja cómo esa gente, «por los trabajos o la economía» tuvo que marchar y dejar atrás Vegalatrave y otros pueblos de este triángulo comarcal. Los que se quedaron son los que han mantenido el espíritu, la vida. Quizá no es como antes, pero sí implica una forma de entender las cosas que se percibe en el trato.
El carácter de la gente
Así lo vivió el pregonero del Día de la Comarca, el periodista Ángel García, cuando le tocó acudir a la casa del presidente de la asociación del pueblo a charlar para entender cómo debía enfocar su discuso: «Cuando me llamó Fede – Federico Ariza – pensé que iba a ser una conversación de media hora, pero acabé en una casa con seis personas, dos niños incluidos, celebrando una parrillada con sobremesa. Eso explica bien cómo es la gente», subraya el profesional de la comunicación.
Con ese punto de partida, García decidió hacer un pregón breve, «una conversación» basada en su propia experiencia con las personas de las tres comarcas. Eso sí, tampoco eludió las reivindicaciones, las gruesas y las del día a día, ni su opinión sobre lo que debe ser el camino para estos lugares: «Con la unión de todos es como se puede salir adelante en los pueblos. Las personas son las que hacen la comarca», zanjó.
Tras el acto central vinieron los bailes, la comida, la fiesta y la unión, en definitiva. Pronto volverá el invierno, pero mientras tanto toca disfrutar de un verano que es un oasis.