Cuando Rodrigo Cuevas se interesó por acercarse a Edelio González, uno de los músicos tradicionales de referencia en la comarca de Sanabria durante las últimas décadas, no buscó intermediarios. El artista asturiano viajó a Robledo, pasó el día en el pueblo y se sumergió en el sentido de las canciones y de la cultura. En el último disco de Cuevas, Manual de Romería, la voz de Edelio suena a capela en un tema titulado la Ronda de los Carros, con origen en San Ciprián. Ese detalle deja patente hasta qué punto valora el cantante la fuerza de las personas que se encuentra sobre el terreno.
«Él va a buscar la esencia», explica el narrador José Luis Gutierrez «Guti», uno de los zamoranos que ha acompañado a Cuevas en su búsqueda del conocimiento folklórico por la provincia. Lo llamativo del caso es que el artista asturiano siga haciéndolo ahora que se ha convertido en una figura de masas, capaz de llenar auditorios y plazas en España y fuera del país. La semana pasada actuó en Bogotá (Colombia). Este domingo, quien es también el ganador del Premio Nacional de las Músicas Actuales 2023, cierra las Fiestas de San Pedro en Zamora. Será su regreso a la ciudad dos años y medio después del último espectáculo en el Teatro Principal.
«Él siempre dice que los sonidos de Zamora, sobre todo los del folklore sanabrés y alistano, son fundamentales», señala Guti, que subraya la conexión de Cuevas con la tradición de la provincia y que traslada el origen de esa vinculación ya al primer disco de este artista asturiano de 39 años, que ha ido subiendo peldaños en la industria sin abandonar los orígenes: «En un trabajo que ni siquiera está en Spotify ya había una versión de la Nana de Ribadelago y, desde entonces, ha venido a los pueblos de Zamora varias veces», insiste el narrador.
Incluso, Cuevas consiguió que el productor de su último disco llegara desde Puerto Rico «para escuchar de verdad cómo suenan las viejas», cómo son «esos hombres y mujeres que tienen un sonido profundo». «Rodrigo es un grandísimo conocedor de esa manera de cantar nuestra, de las melodías ancestrales de Zamora que se distinguen mucho con sus escalas. Todo eso lo domina a la perfección», añade Guti, que defiende el trabajo del artista asturiano, pero también su talento.
El narrador zamorano pone como ejemplo el día, hace ya unos años, en el que Cuevas vino a actuar a la plaza de la Catedral: «Estábamos buscando ropa antigua en mi casa y me preguntó por una tonada de siega de Sanabria que es complejísima. En cuestión de minutos, la había clavado y arrancó con ella el concierto», apunta Guti, que remarca la importancia de buscar más allá, de querer saber «cómo suena esa voz en la cocina o en el corro pequeño».
Con esa materia prima del sonido de la gente de antes, Cuevas se ha convertido en «un artista de referencia para el folklore» gracias también, en buena medida, a que es «un animal de escena». Su personalidad y su capacidad de atracción sobre un escenario convierten su directo en algo especial. «Ojalá cuando yo tenía ocho o nueve años y quería tocar la pandereta hubiese tenido a alguien así», desliza Guti, que se define a sí mismo como «integrista folklórico», pero que admite el «avance» que trae consigo el éxito de Cuevas.
Sin ir más lejos, «ahora en muchos sitios del mundo se escucha la Ronda Sanabresa o se ve a 10.000 o 15.000 personas cantando un charro» de la mano del artista asturiano: «Nos pone en el mapa», admite Guti, que no quiere revelar demasiado, pero que probablemente aparezca en el escenario junto a Cuevas y a Edelio González en el concierto que arrancará este domingo a las 21.30 horas en la Plaza Mayor.
La senda de Eliseo Parra
Entre el público estará también Pablo Madrid, el responsable del Consorcio de Fomento Musical, que concede que «todos los altavoces que hay sobre la música tradicional siempre son una bendición, porque permiten alcanzar a unos públicos a los que quizás no se llega desde unos formatos más pequeños». «Facilita el entender y el comprender», destaca Madrid, que incide en el acercamiento de Cuevas a la cultura zamorana como antes hicieron artistas del nivel de Eliseo Parra.
El dirigente del consorcio apunta que Cuevas «canta desde la verdad», es «un artista muy sensible» y transmite «la vivencia en primera persona». No hay que olvidar la procedencia del propio cantante, que parte de una aldea asturiana y que se mantiene conectado a la tierra. «A eso le añade una estética súper transgresora, con unos músicos que incorporan técnicas de todo tipo y una comunicación constante con el público. En sus espectáculos, cuenta muchas historias», añade Pablo Madrid.
Esos relatos incluyen mensajes sociales y políticos, posicionamientos, guiños y diversión: «Lo vi en Valladolid en el auditorio Miguel Delibes y me encantó», reconoce Madrid. Rodrigo Cuevas llenó aquel día con «una propuesta visual y estética muy fuerte en la que juega un poco a hacer un cabaret dentro de su propuesta de fondo». La Plaza Mayor de Zamora ya espera su turno. En una provincia tan pegada al folklore tradicional, el juicio contará con expertos, pero Cuevas tiene fama de salir a hombros tras cada envite.