Los economistas se encuentran preocupados por el alto número de parados de más de cincuenta años existentes en Zamora y en el resto de Castilla y León. Un colectivo que, según pasan los años, tiene más difícil retornar al mercado laboral. Se trata de trabajadores, asegura Juan Carlos de Margarida, decano del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora, que “necesitan reciclarse y adaptarse a las nuevas realidades de producción de bienes y prestación de servicios”.
En cuanto al análisis de los datos de empleo, el director de afirma además que que “la creación de empleo en el sector privado se encuentra limitada debido a que la productividad por puesto de trabajo y por hora efectivamente trabajada se encuentra en negativo, aunque estable en el último año; y también debido al incremento del SMI, que no ha ido acompañado de la productividad de trabajo”.
Estas son dos de las conclusiones del Observatorio Económico de Castilla y León relativo al primer trimestre del año 2024, presentado por los economistas regionales. Un documento que constata que “España ha sido de los últimos países de la Unión Europea en volver a tener un Producto Interior Bruto (PIB) al nivel previo a la pandemia”. No obstante, “el PIB está creciendo debido al gasto público que, a su vez, está basado en deuda pública y que junto a que el consumo privado se ha estabilizado últimamente es lo que hace que realmente se mantenga estable la economía”, apunta de Margarida.
Desde el punto de vista empresarial, las variables analizadas por Ecova han mostrado que “existe una falta de competitividad de las empresas como consecuencia del incremento de los costes laborales, lo que se traduce en un perjuicio para la creación de empleo. En suma, estamos en un momento de reducción de la inversión debido a la gran incertidumbre de las decisiones geopolíticas a nivel nacional y europeo”.
De Margarida ha querido reseñar que “el retraso de los fondos europeos, que no llegan al sector empresarial con la celeridad que se precisa por la falta de criterios y de transparencia en la ejecución de la mayor parte de los mismos, hacen peligrar la innovación y la competitividad empresarial y por ende el crecimiento y la estabilidad económica del país”.
Desde Ecova concluyen que “existe una actividad económica sólida en Castilla y León, donde la demanda interna y la externa están funcionando al unísono y generando sinergias. Esto hace que estemos ante una economía relativamente buena en relación con el resto de regiones, algo que se debe principalmente a la fortaleza del sector servicios y a una industria agroalimentaria determinante para el crecimiento económico a corto y medio plazo”.
En este sentido, “la economía castellanoleonesa seguirá creciendo”, vaticinan las mismas fuentes, !pero tiene que focalizar su atención en corregir los desequilibrios de déficit público, debiendo reducir el gasto público que no aporta valor a la economía y poner la atención a la devolución de la deuda”.