El Ayuntamiento de Zamora baraja dar una nueva orientación a la candidatura de Zamora Paisaje Cultural y trabaja ya con instituciones portuguesas con la opción de plantear una candidatura «binacional». Así lo asegura el concejal de Turismo de Zamora, Christoph Strieder, presente en la visita a Zamora de los alumnos del Congreso de Ecología del Paisaje que lleva a cabo la Politécnica de Brangança.
Strieder apunta que el concepto de declaración como paisaje cultural de un territorio que agrupa a dos países «es algo que interesa en la Unesco» y añade que «ya hay contactos con Portugal» para hacer una «candidatura conjunta». Aunque de momento esto se circunscribe a una declaración de intenciones, Streider considera que un planteamiento «binacional» tendrá «más opciones» y apostilla que en congresos sobre el tema cobra cada vez más fuerza la figura del Duero como elemento vertebrador entre dos países.
El congreso ha contado en Zamora con la presencia de la arquitecta Esther Prada, experta en arquitectura del paisaje, que ha presentado a los alumnos una exposición sobre el paisaje que une la capital zamorana con los Arribes del Duero, así como en la diferencia de estos últimos con la perillanura sayaguesa.
Energías renovables
Prada ha abogado, en declaraciones ante los medios, por una «ordenación del territorio» que tenga en cuenta las peculiaridades del paisaje en los distintos territorios ante actuaciones como, por ejemplo, la instalación de molinos de viento y placas solares que modifican de forma sustancial el paisaje. En este sentido, la experta pone como ejemplo a Navarra como territorio que sí tiene en cuenta estas cuestiones a la hora de autorizar proyectos y defiende que el paisaje sea tenido en cuenta de la misma manera que las ordenaciones urbanas tienen en cuenta los edificios históricos de las ciudades. «Hay zonas que deberíamos tratar de conservar, sin tocarlas, y otras donde la instalación de estas energías se podría incorporar», añade la experta.
Prada ha profundizado además ante los alumnos en asuntos como la gestión histórica de los paisajes y en la infraestructura verde, un proyecto que llama a recuperar la biodiversidad perdida a través de décadas de afectación del paisaje.
«Los paisajes periurbanos y rurales son muy relevantes. En Zamora, por ejemplo, las huertas eran muy significativas y sería interesante volver a poner en valor todo esto. Los paisajes lo conectaban todo y ahora eso se ha perdido», concluye Prada.