El Ayuntamiento de Zamora y la Subdelegación del Gobierno son conscientes de que deberán ofrecer información puntual a los ciudadanos acerca de las obras que ya se están acometiendo en las travesías de la ciudad y que generarán «molestias» durante los 19 meses que durará su ejecución. Los dos principales responsables de ambas instituciones, Francisco Guarido y Ángel Blanco, han hablado este martes sobre los pormenores de los trabajos y han coincidido en dos aspectos clave: las intervenciones son una oportunidad para el municipio y su desarrollo generará problemas en el tráfico.
El primero en abordar el asunto ha sido Blanco, que ha insistido en el mensaje que lleva lanzando desde que se plantearon los trabajos en Cardenal Cisneros, la avenida de Requejo y la avenida de Galicia: «La ciudad va a cambiar a todos los niveles», ha remarcado el subdelegado del Gobierno, que ha recordado que las obras implicarán una inversión superior a los veinte millones de euros y que, más tarde, se añadirá otro proyecto de sostenibilidad que afectará a la avenida de la Feria.
Como ya había hecho en ocasiones anteriores, Blanco ha incidido en que los trabajos se tienen que acometer en las tres vías afectadas actualmente por las obras a causa de los plazos estrictos que marca Europa para ejecutar estas intervenciones financiadas con fondos comunitarios. Todo tiene que estar listo antes de que concluya el año 2026, y las obras durarán más de año y medio, así que apenas había margen.
Con esta premisa como base, la Subdelegación y el Ayuntamiento mantuvieron una reunión este mismo lunes para mejorar la coordinación de unas obras que licita y ejecuta el Ministerio de Transportes, pero que afectan directamente al municipio. Y no solo por la razón obvia de que se desarrollan dentro de la ciudad y, por tanto, exigen la intervención constante de servicios como la Policía Municipal, sino también porque, una vez rematadas, las travesías y su gestión pasarán a ser responsabilidad de la ciudad y no del Estado.
En esa línea, la reunión llevada a cabo a comienzos de esta semana sirvió para «analizar pequeñas modificaciones» en lo que tiene que ver con el entorno de la obra, como los cambios de las zonas de carga y descarga o la ubicación de los contenedores: «Son pequeños retoques para que nadie quede disconforme», ha explicado Blanco, que ha admitido su intención de presentar los proyectos de manera global y que ha reiterado que se abrirá un buzón para gestionar críticas y sugerencias.
«Como un reloj»
Además, habrá una comisión de seguimiento que se reunirá, al menos, con una periodicidad mensual en el marco de unas obras que son «una carrera de largo recorrido», como también ha reconocido Guarido, que ha ha tenido que salir un par de veces en las últimas semanas para matizar algunas informaciones que iban recorriendo las redes y que lanzaban bulos en relación a la reducción de los carriles en Requejo o en Cardenal Cisneros.
«A partir de ahora, las cosas van a funcionar como un reloj», ha augurado el alcalde, que ha señalado que la Policía Municipal colabora en todos los cortes de calles y que ha concedido que habrá cambios «prácticamente cada semana». «La cosa se va a complicar cuando la obra llegue a puntos como la confluencia entre Cardenal Cisneros y las Tres Cruces», ha opinado el mandatario municipal, que ha demandado tranquilidad, más allá de que vaya a haber «problemas, pitidos y protestas».