En junio del año 2014 la entonces alcaldesa, Rosa Valdeón, anunció que la Policía Municipal se trasladaría a la sede del Banco de España. Hoy, diez años después y después de un calvario de licitaciones desiertas y abandonos de obras por parte de varios contratistas, los trabajos están, por fin, muy cerca de terminar. Así lo asegura el alcalde de la ciudad, Francisco Guarido.
El Ayuntamiento aprobará en los próximos días un modificado del proyecto con algunas cuestiones menores, pero la obra «está hecha al 90 o al 95%, así que su finalización es inminente» y se producirá, seguramente, este mismo verano. El Consistorio de la capital prepara también la licitación del mobiliario, que se realizará en cuanto acaben los trabajos de construcción para iniciar la logística que llevará a la Policía Municipal a ese edificio.
El primer contrato de la obra se firmó en el verano del año 2016, era muy ventajoso en el plano económico (demasiado, como se comprobó después) y optimista con los plazos. La empresa alegó que había amianto en el edificio y paralizó los trabajos casi sin llegar a empezarlo. Urvios-Proforma, que era la UTE encargada de la obra, había ejecutado un 20% de los trabajos a comienzos del año 2017, cuando deberían haber estado mucho más avanzados. El Ayuntamiento resolvió el contrato con un 33% ejecutado.
Meses después se firmaba un nuevo contrato con Emergis-Alea para acabar el trabajo por 769.000 euros. Más dinero incluso del que se pensaba pagar a la primera UTE, que hizo una oferta de 633.000 euros que después nunca llegó a cumplir. Esta licitación, sin embargo, tampoco salió bien.
Estas son solo dos, pero el Banco de España acumula cuatro licitaciones fallidas y se ha convertido en el gran asunto pendiente del actual equipo de Gobierno. En 2022 se dio el paso definitivo, con un nuevo proyecto dotado esta vez con más de dos millones y medio de euros. Las obras se iniciaron en mayo del año pasado y, esta vez sí, han avanzado.
Concluirán en breve, y esto debería producir una reacción en cadena que saque a la Policía Municipal de la Plaza Mayor y que, posteriormente, permita que la obra de Baltasar Lobo ocupe esas dependencias y abandone la Casa de los Gigantes en el Castillo, lo que vendrá a desbloquear otro de los proyectos prioritarios para el actual equipo de Gobierno. Se espera que este segundo paso, el de adecuación del ayuntamiento viejo en museo, no sea tan tortuoso como el primero. Pero para saber eso, claro, primero tiene que echar a andar.