Hay una Zamora que subsiste gracias al arraigo de un puñado de habitantes que se niegan a perder lo que han sido. Una Zamora que escapa a los titulares y a los objetivos de las cámaras de prensa pero que resiste al paso del tiempo y lucha por mantener las tradiciones y costumbres que dan la identidad al pueblo. La pena es que, en muchos casos, lo único que queda por cuidar son los recuerdos, perdida ya buena parte del patrimonio humano, material e inmaterial que un día se atesoró en los pueblos.
De difundir esos recuerdos se encarga el historiador Eduardo Velasco, que hoy viernes inicia su tercer periplo por la provincia con el programa de la fototeca «Benito Pellitero», que lleva por título «Historia del ayer, recuerdos del pasado». Un proyecto divulgativo con el que las personas que aún viven en los pueblos pueden echar la vista atrás y recordar unos tiempos que, siempre en estos casos, fueron mejores.
La conferencia consta de dos partes. Primero se dan a conocer algunos aspectos del pasado del pueblo. Edades, evolución demográfica, oficios más comunes, apellidos de los cabezas de familia… con datos obtenidos en el Catastro del Marqués de la Ensenada y de otros documentos estudiados por Eduardo Velasco. Después se realiza una muestra de varias fotografías donde aparecerán varias calles del pueblo, con sus gentes, sus costumbres y sus oficios, fotografías que datan del siglo pasado. Ya por último se hace un repaso de prensa histórica, acudiendo la mayoría de las ocasiones al Boletín Oficial de la Provincia.
«Los pueblos», asegura Velasco, «no saben en muchas ocasiones dónde está su pasado». Los pequeños núcleos rurales no guardan papeles, no tienen ya vecinos que se ocupen y preocupen de cuidar lo que un día fue importante en la localidad. «Si no vas al pueblo a contárselo ellos no tienen oportunidad de ver estas fotos o de leer estas noticias», añade el historiador.
«Los historiadores», reflexiona Velasco, «tenemos tres facetas: investigar, escribir y divulgar. De la tercera nos hemos ocupado muy poco». El impulsor del proyecto asegura que «existe todavía ese sentimiento de pertenencia al pueblo que hace que haya personas que quieran conocer cómo fue el pasado», un sentimiento que «acabará por perderse» si la tendencia demográfica no remonta. «Uno va al pueblo cuando tiene a alguien al que ver», asegura. Hay una generación que ahora va a ver a sus padres, que ya vive fuera y que dejará de acudir cuando los mayores falten. Y el recuerdo del pueblo, añade Velasco, «también vive en ellos».
Las charlas sirven por lo demás para hacer un repaso por la historia de la provincia centrando el debate en lo local, lo que más interesa al público asistente a las conferencias, en su gran mayoría personas mayores «deseosas de que alguien vaya a hablarles de su pueblo. La gente», apunta Velasco, «es muy agradecida, mucho. Te agradecen mucho que te preocupes por su pasado y por su pueblo, que para ellos es algo muy importante», apunta.
El «tour» de este año de la fototeca «Benito Pellitero» tiene ya cerradas varias paradas, muchas de ellas en verano coincidiendo con las fiestas de los pueblos, las fechas preferidas por los ayuntamientos porque es cuando más gente hay en la provincia. «Es una labor que realizo de forma totalmente desinteresada, solo por ayudar a difundir nuestro pasado y a recordarlo», concluye Eduardo Velasco.