En medio de la pasión con la que muchas asociaciones y ciudadanos particulares reclaman la reapertura del ferrocarril Ruta de la Plata, un colectivo apela a la razón más que al sentimiento para defender que el regreso de la línea es posible: «Y no por motivos políticos o ideológicos. Tampoco por nostalgia o romanticismo, porque lo subjetivo es fácilmente manipulable. Nosotros trabajamos en un estudio en el que estimamos cuál debe ser el futuro del trazado en términos de viabilidad social, económica y ferroviaria», apunta Marco Antonio Macía.
Este hombre es el portavoz del Grupo Estratégico Ferroviario Plasencia – Astorga 3.0, un colectivo multidisciplinar «formado por ingenieros, abogados, sociólogos, gestores de empresas del sector, en activo o retirados, y otras personas con un profundo conocimiento de la realidad del ferrocarril en España y en Europa». Ellos son los que, en esta reivindicación apuestan por «quitar pancarta y poner Excel». Más allá de lo que se pueda considerar como justicia social para el oeste, aparecen los números.
Macía será uno de los ponentes de las charlas que tendrán lugar este sábado en el Colegio Universitario antes de la manifestación que acogerá la Plaza Mayor de Zamora (12.00 horas) para reivindicar la reapertura de la Ruta de la Plata. El portavoz del grupo de expertos abordará la realidad de la línea y planteará los resultados de un análisis que arroja que, efectivamente, «es viable una línea de viajeros y de mercancías».
«Hay que ver esto como una integración en malla. Ahora mismo, se ven ineficacias por estrangulamientos y cuellos de botella, porque todo sale y todo pasa por Madrid, pero eso ya no tiene sentido. Tenemos que buscar una estrategia que abarque nuevos territorios y posicionarnos así de cara al futuro con el tráfico de datos, con la mensajería, con la integración con Portugal como balcón al Atlántico o con la mirada hacia África: el XXII será el siglo de ese continente», argumenta Macía.
Para el portavoz del grupo, si los responsables públicos y los propios colectivos reivindicativos son «capaces de superar el romanticismo» podrán comprobar que «no solo es viable el corredor de la Ruta de la Plata, sino que tiene unas ventajas evidentes». Para empezar, que «el 95% del trazado se puede aprovechar». «Tenemos problemas precisamente en el túnel de Zamora o en la rampa de Béjar», admite Macía, que defiende que el resto de la línea ofrece facilidades para la recuperación.
Macía insiste en que los importante no es tanto la conexión entre Plasencia y Astorga como reforzar «esa malla» en la que, a su juicio, se debe de convertir el tejido ferroviario español: «Está todo inventado. Es lo que hacían ya antiguamente las empresas ferroviarias. Hay que quitar los nudos en torno a las grandes capitales», advierte el representante del grupo, que apunta que sus estudios plantean un trazado de vía única que se pueda aprovechar para todo tipo de servicios dentro de una infraestructura moderna.
Soterramiento y medio
Y aquí viene la pregunta clave. ¿Todo eso será muy caro? «Pues depende de con qué lo compares. Nosotros estimamos unos 2.000 millones de euros, que a mí me parece una cantidad inabarcable, pero es difícil de medir si no tienes un elemento comparativo», explica Macía, que cita en este punto los soterramientos: «Eso es ahora mismo lo que más recursos se come. Por ejemplo, el de Valladolid costaría unos 1.500 millones, según se ha anunciado, así que la reapertura de la Ruta de la Plata sería soterramiento y medio», abunda el representante del colectivo.
A partir de ahí, según Macía, «hay que ponderar a cuántos factores beneficia una cosa y a cuántos la otra». Lo que tiene claro el portavoz es que el estudio de viabilidad encargado por el Gobierno «se tiene que diferenciar muy poco» del que ha elaborado su grupo: «Aquí, la realidad es que en el año 1986 se cerró esta línea por una decisión de apostar por otras vías. Ahora, las cosas están cambiando, y Europa será ferroviaria o no será», asegura el ponente de la charla de este sábado en Zamora.
En esa línea, Marco Antonio Macía es optimista: «Los horizontes con estos proyectos a veces son demasiados lejanos, pero no es la primera vez que vemos cómo se activan cosas que eran irresolubles. Ahora bien, los tiempos ferroviarios no son los de una legislatura. Tiene que haber una sensibilidad por parte de todos para concebir el ferrocarril como la solución para la movilidad. No solo para España, sino para toda Europa», zanja el portavoz del Grupo Estratégico Ferroviario Plasencia – Astorga 3.0.