El Ayuntamiento de Zamora conservará el patrimonio gráfico del mercado como parte de la memoria de la ciudad. «Vamos a velar por que los rótulos y la cartelería se protejan, se cuiden y se preserven», ha asegurado el concejal de Promoción Económica, David Gago, durante la comparecencia que ha protagonizado este sábado a las puertas del edificio de Segundo Viloria, que abrió sus puertas un 11 de mayo de 1904 y que este sábado las ha cerrado para dar paso a las obras más ambiciosas de su historia.
Gago, que ha procedido a un simbólico cierre de puertas junto a su compañero y predecesor al frente del área, Christoph Strieder, el arquitecto Porfirio Domínguez y el presidente de los industriales del mercado, Bernardino Domínguez, ha recordado además que la instalación provisional se abrirá la próxima semana, concretamente el miércoles 15 de mayo, para que la actividad continúe mientras se ejecutan los trabajos de «uno de los proyectos tractores más importantes para desarrollar el comercio local».
El concejal ha apuntado que 23 industriales más cuatro hortelanos de la marquesina se marcharán ahora a la Marina, con la esperanza de regresar lo más pronto posible a la instalación original. La idea del Ayuntamiento es que, de cara a finales del verano, las obras se pongan en marcha con un plazo de ejecución de 18 meses, lo que reduciría el cierre del mercado de toda la vida a un plazo de apenas dos años.
Con ese margen han trabajado también los arquitectos, Fernando Girón y Porfirio Domínguez. Este último ha explicado que la idea ha sido en todo momento diseñar la recuperación del edificio con su esencial original de la venta de producto fresco y de cercanía, «siempre vinculado a una ciudadanía que ha tenido la costumbre de comprar en él». En base a eso se ha trazado un proyecto que permita «modernizar» las instalaciones y «dar un servicio actualizado».
La plaza como parte del mercado
Además, el proyecto no solo afecta al edificio, sino que también se ha estudiado el entorno desde la óptica de que los negocios de la plaza forman parte de la vida del mercado: «Las calles se incorporarán como nuevos pasillos al descubierto», ha indicado Domínguez, que ha admitido que eso implicará ciertas limitaciones al tráfico que se concretarán una vez esté ejecutada la obra.
Ya como cierre, Strieder ha admitido que, cuando entró como concejal hace nueve años, la reforma del mercado era uno de sus objetivos principales, aunque se ha mostrado generoso con Gago para agradecerle que haya gestionado los últimos pasos antes del arranque de una obra que aspira a cambiar el panorama de este entorno de la ciudad, más allá de lo que ocurra en lo meramente comercial.