El problema «no son las obras en Chamartín. El problema es que por aquí pasan los trenes y no paran». Más de un centenar de personas ha secundado la concentración convocada frente a la estación de Sanabria Alta Velocidad, en Otero, para denunciar la situación de la infraestructura, condenada a la muerte, dicen por manifestantes, por inanición. Por Sanabria pasan todos los días, de lunes a viernes, entre ocho y nueve trenes. Solo paran dos. Los domingos, pasan seis trenes y solo se detiene uno.
Sanabria defiende la necesidad de una estación bien comunicada como mejor nexo de unión con Zamora, con Madrid, con Galicia y con el resto del territorio nacional. «No es una metáfora», dicen los manifestantes, «asegurar que esta estación es nuestro hospital más cercano. Si por aquí paran los trenes, estamos en Zamora en media hora. Si no pasan, nuestro hospital se aleja», añaden. «No es un privilegio, es un derecho. Esto es un transporte público, no es un lujo, es para todos y no vamos a dejar que esta estación caiga en el olvido», apostillan.
Porque en Sanabria ven un «interés oculto» de Renfe y ADIF en que la estación no prospere. Y recuerdan que la obra «no entraba en las previsiones», que se consiguió «gracias a la movilización» y que pese a todo «se hizo en el medio del monte, en un lugar que no se consensuó con nadie». Vienen a la memoria de los sanabreses los viajes que durante meses, mientras duraron las obras, se tuvieron que realizar a La Gudiña para coger el tren, que continuaron incluso estando rematada la estación. «Hasta que nos colmamos de indignación y nos abrieron la estación», subrayan.
Los asistentes, en la lectura del manifiesto, han denunciado las «irresponsables» palabras del alcalde de Puebla de Sanabria, José Fernández, que aseguró que la demanda de la estación es muy escasa a la hora de «justificar» la pérdida de servicios. «Esta estación tiene todos los días 70 u 80 pasajeros. En el año 2023, tuvo 40.000. Lo que no sabemos es por qué la quieren estrangular a base de recortes».
«Las horas que nadie quiere»
Los trenes paran poco y, además, lo hacen «a las horas que nadie quiere. Cuando no sirven para llegar al médico a primera hora a Zamora, ni para regresar a casa a una hora prudencial. No sirven para ir a trabajar, ni a estudiar. Nos han alejado del hospital, de las universidades. El problema no son las obras, es que los trenes pasan de largo y no paran».
Los sanabreses recuerdan que «no somos un apeadero de tercera» y que el tren «es un servicio público que cohesiona y vertebra el país. Los recortes nos sitúan al borde de contar con una estación cerrada que aislaría más a la comarca, fomentando la emigración y lastrando el turismo, convirtiendo al territorio en un desierto demográfico», concluyen.
Los viajeros esperan ahora reunirse con Renfe, por la mediación de la Subdelegación del Gobierno de Zamora, para plantear la situación y buscar soluciones. «Estaremos vigilantes», aseguran, y no descartan acudir a la Unión Europea si el panorama no mejora porque, recuerdan, «esta obra se hizo en parte con fondos comunitarios».