Zamora contará próximamente con una nueva calle que unirá la parte trasera de la Catedral, en la zona sur donde se encuentra el Palacio Episcopal, con los Jardines del Castillo. Se trata de un espacio que, en estos momentos, está cerrado al paso por una verja y protegido más adelante con un muro. Todo ese entorno se despejará para permitir una nueva vista del entorno monumental y también el paso de los viandantes, que podrán pasear alrededor del templo. Si todo marcha bien, la obra estará lista en 2025.
El proyecto se ha presentado este martes precisamente en el entorno donde se ejecutarán los trabajos. A la cita han asistido varios representantes del Ayuntamiento de Zamora, encabezados por el alcalde, Francisco Guarido, y también dirigentes del Obispado, liderados en este caso por el prelado de la diócesis, Fernando Valera. Todos ellos han transmitido su interés por que la calle quede abierta de cara a las Edades del Hombre, que se inaugurarán durante la próxima primavera con la ciudad y Oporto como sedes.
Guarido ha defendido la importancia del acuerdo para las instituciones allí representadas y también para la ciudad, y ha confirmado que el convenio con el Obispado, necesario para la obra, ya está redactado y con todos los informes. Lo que falta son las firmas, que se estamparán una vez se hayan cubierto todos los procedimientos administrativos pertinentes.
El alcalde ha señalado que la obra costará 400.000 euros y ha opinado que su ejecución será «buena para la ciudad y para todos», habida cuenta de que abrirá «una vista espectacular e inédita» del Castillo y de todo el entorno monumental que circunda a la Catedral: «También va a ayudar al turismo», ha recalcado Guarido, que ha confirmado que la zona será accesible y que se resolverá, durante la obra, un pequeño escalón que existe en la futura zona de paso.
Por su parte, Valera ha señalado que los espacios ya estaban definidos por el Plan Especial del Casco Histórico como zonas «de uso público» y ha recalcado el impulso que le puede dar esta obra a la ciudad para que «dé un paso adelante en belleza». «Hacemos que el patrimonio esté al servicio de todos», ha reiterado el obispo, que ha apelado «al encuentro y la cercanía» con las gentes de Zamora.
Tanto las dos partes como los arquitectos encargados del proyecto, Julio Carbajo y Luis López, han insistido en su interés por resolver la obra de cara a las Edades, aunque han matizado también que todo se ejecutará independientemente de ese plazo. Es decir, la calle se abrirá sea como sea y cuando sea.
Continuidad estética
Además, los arquitectos han revelado que la vía supondrá una continuidad, desde el punto de vista del suelo y de la estética, del entorno paseable que baja desde la Catedral hacia la Puerta del Obispo y que, con esta intervención, permitirá a los zamoranos y a los turistas desviarse para girar hacia la derecha y dirigirse hacia los jardines o hacia la Plaza de la Catedral.
«Se trata de ofrecer una conexión fluida, permitir la accesibilidad y conseguir crear esa circunvalación. Es algo novedoso que va a resultar muy positivo», ha repasado Carbajo, que ha apuntado que la idea es que la intervención sea «de poco calado en cuanto al cambio de niveles» para no entrar en excavaciones que podrían retrasar la obra más allá de lo deseable.
El espacio donde se va a abrir la calle consta de 830 metros cuadrados y facilitará, según miembros del Obispado, «esa mirada distinta» a costa de un cierto sacrificio en la privacidad de Valera, que reside precisamente en esa zona y que pasará de contar con una parcela completamente cerrada a situarse en una zona de tránsito habitual.