La obra para mejorar la envolvente y hacer más eficiente, energéticamente, el edificio de los sindicatos en la plaza de Alemania conllevará un cambio «drástico» de la apariencia exterior del inmueble. Así lo asegura el doctor el Historia del Arte Rafael Ángel García Lozano. Las obras consisten en la instalación, en el exterior del inmueble, de una serie de placas de poliexpan y, sobre ellas, se instala una cubierta de carpintería metálica para las tapa. La problemática del cambio de estética, asegura García Lozano, «se acentúa al tratarse de uno de los inmuebles más representativos e icónicos de la arquitectura moderna en la ciudad, exponente de renovación formal de la arquitectura de los años 60 y signo, además, de la arquitectura pública de carácter administrativo».
Aunque la mejora energética que proporcionan estos sistemas de aislamiento es evidente, el problema reside, a juicio del historiador del Arte, en que estas obras «hacen perder la apariencia original de los edificios, singularidad formal que le es propia, su propio estilo arquitectónico, desfiguran la configuración de los inmuebles y consecuentemente la morfología urbana». Alteraciones, asegura, «que llegan a ser de tal entidad que hacen que las edificaciones acaben pareciendo otra cosa muy distinta, modificando radicalmente los resultados originales de los edificios, tal como fueron concebidos por sus proyectistas, tal como se han consolidado en la ciudadanía, tal como forman parte del paisaje de la ciudad».
La obra, con un presupuesto de tres millones de euros y financiada en parte con fondos europeos, que se va a llevar a cabo en el edificio sindical arrancó en la jornada del martes. El inmueble, que es sede de los sindicatos CC OO, UGT, CSIF, USO y que tiene también dependencias reservadas a la patronal, vivirá en los próximos meses un serio lavado de cara con unas actuaciones encaminadas a mejorar la eficiencia energética de un edificio que claramente se ha quedado obsoleto en esta materia.
Las obras van a actuar en todas las ventanas del edifico, en las fachadas y en la envolvente del inmueble. El plazo de ejecución es de menos de un año y medio, detallaron en su día fuentes municipales tras conceder la licencia de obra, que se otorgó «en un tiempo récord» de dos meses para poder justificar en plazo la asignación de fondos europeos. La parcela en la que se encuentra el edificio tiene algo más de 1.100 metros cuadrados, aunque la edificabilidad supera los cinco mil metros cuadrados al estar levantado en nueve plantas.