El proyecto de planta de biometano alimementada por purines que plantea la empresa portuguesa Catwatt en el Valle del Tera generará solo cinco o seis empleos directos en las localidades afectadas, que a cambio tendrán que soportar el paso de unos cuarenta camiones diarios cargados de purines para alimentar la planta. Es una de las conclusiones del encuentro celebrado hace unos días entre responsables municipales de Junquera y Vega de Tera, representantes de la empresa y vecinos de la comarca para informar sobre el proyecto, liderado por la empresa portuguesa Catwatt.
«Tras las explicaciones de la compañía, el beneficio directo para los pueblos de la zona se calcula en unos 5 o 6 empleos generados. Sin embargo, Catwatt calcula que el tráfico de camiones cargados de residuos biológicos por las localidades de Camarzana de Tera, Rionegro del Puente, Otero de Sanabria, Calzadilla de Tera y Olleros de Tera será de unos 40 vehículos al día. Con las molestias en olores que dicho vaivén de camiones conlleva», aseguran los vecinos en una nota de prensa.
Por otra parte, los vecinos lamentan que no se quisiese hacer pública la contrapartida económica para el Ayuntamiento destinada al alquiler por el uso del terreno. «Desde el Ayuntamiento se ofreció a los vecinos la posibilidad de visitar otra planta de la compañía para conocer su funcionamiento y el impacto en la zona en la que está construida», si bien Catwatt solo cuenta con una planta similar a la planteada en Italia. «Por el contrario, la visita ofrecida por el Ayuntamiento se realizaría a una planta de Burgos que tiene una naturaleza y funciona con una tecnología muy diferente a la propuesta para la zona del Tera». Además, los vecinos expresaron su deseo de conocer el estado de negociación en la que se encuentran el Ayuntamiento y la compañía que presentó el proyecto y cuál es el plan y siguientes pasos de estas negociaciones, pero no se recibió respuesta ni trasparencia sobre estos avances.
Además, tal y como se explicó en la sesión, uno de los grandes valores añadidos para las comunidades que suelen traer estas plantas, es la generación de gas para la red de los pueblos circundantes. «Sin embargo, en el caso de la planta de biometano proyectada en el Valle del Tera, esto no se aprovecharía por los pueblos de la zona al no estar las infraestructuras preparadas. Así, el gas generado en el proyecto propuesto será capitalizado por la compañía dueña de la planta que invertiría en su construcción 25 millones de euros», apuntan las mismas fuentes.
Zona de valor medioambiental
En los pueblos afectados por la construcción de esta planta hay poca ganadería, y la postura mayoritaria de los vecinos es que «una planta como esta debería estar cerca de las granjas que se beneficiarán de este servicio, minimizando así desplazamientos y el impacto que conllevan». Además, la zona en la que ahora mismo se plantea, conocida como «Ramajal» y que se encuentra a escasos metros de Junquera de Tera, Villar de Farfón y Vega de Tera, es una zona con un alto nivel de biodiversidad.
Así las cosas, la presentación del proyecto por parte de Catwatt, cuyo objetivo era aclarar dudas y conseguir el apoyo de los vecinos, no hizo sino dejar a la comunidad del Valle del Tera «más intranquila y con la certeza de que las molestias de malos olores y aumento del tráfico y contaminación en la zona serán notables, mientras que los beneficios serán escasos para la ya de por sí diezmada población».
«Los vecinos y vecinas del Valle del Tera quieren buscar beneficios reales para la comunidad, que ayuden a generar empleo y combatir la despoblación de la zona. Un beneficio real que tras la presentación de ayer por parte de la compañía Catwatt y las explicaciones del equipo de gobierno del Ayuntamiento parece que no será tal pero que sí impactará en el día a día de los vecinos que tendrían que sufrir los malos olores y el aumento de tráfico en la zona», concluye la nota de prensa.