Los problemas con los nuevos trenes S106 que Talgo aún tiene que entregar a Renfe están detrás de los continuos retrasos en la puesta en servicio de estos convoyes en la línea Madrid-Galicia, algo que afectará también a Zamora. Los trenes, que primero iban a estar a finales del año pasado y que pospusieron su llegada para el primer trimestre de este año, no están cumpliendo de momento con los plazos de entrega y puesta en servicio estipulados. Lo último ha sido el incumplimiento de la palabra del ministro de Transportes, Óscar Puente, que aseguró en el Congreso de los Diputados que la venta de los billetes baratos y el nuevo plan comercial se daría a conocer el 1 de marzo, fecha que ha pasado sin pena ni gloria.
La formación de los maquinistas está prácticamente completada, pues se lleva realizando desde hace ya bastante tiempo, pero los problemas vienen ahora de los propios trenes. Según la información a la que ha tenido acceso este diario, los problemas que se están presentando son fundamentalmente de carácter informático. Los nuevos «materiales», como se refieren en el argot ferroviario a los trenes, cuentan con un elevado equipamiento informático que hay que «enlazar» cuando se circula en composiciones de dos o más trenes, algo habitual.
Son precisamente estos enlaces los que, indican las fuentes consultadas por Enfoque, están fallando. La conexión se pierde en momentos puntuales, como al cambiar de vía o cambiar de ancho en los intercambiadores. Esto obliga a los maquinistas a separar los equipos informáticos de los dos trenes y volvernos a unir. Lo que sucede es que el tren no puede circular en estas condiciones por sus propios mecanismos de seguridad, así que se para. Y arreglar esta situación lleva varios minutos, hasta media hora en según qué casos, indican fuentes bien informadas.
Sin billetes a partir del 1 de abril
Así que, en estas condiciones, se antoja complicado que Renfe pueda anunciar el ansiado plan comercial para los próximos meses. Mientras, la venta de billetes a partir del 1 de abril permanece paralizada, lo que afecta a la planificación de los viajes de usuarios recurrentes y puntuales. El 1 de abril, cabe recordar, es Lunes de Pascua, por lo que esta situación está hipotecando el regreso a Madrid de muchos zamoranos que viajarán a Zamora a pasar la Semana Santa. Los trenes de vuelta para el Domingo de Resurrección, evidentemente, están completos desde hace semanas.
Como ya informó este periódico el pasado domingo, Renfe descarga en Talgo la responsabilidad de la situación que se está viviendo en las líneas que une Madrid con Galicia y Asturias, que se encuentran en la misma situación. En ambas regiones, las instituciones han empezado a alzar la voz por lo que consideran un retraso, uno más, inaceptable. Y han comenzado a exigir a Renfe contraprestaciones por esta situación, que de momento se circunscriben a tener más frecuencias y a que el plan comercial, cuando se anuncie, sea más agresivo. En Zamora, de momento, nadie ha levantado la voz por esta situación.
Nuevos trenes
Los trenes Avril proporcionarán un importante incremento de plazas en los servicios que transitan por Zamora. El Avril AVE tiene 505 plazas de viajeros y el Avril Avlo incluso más, 579, ya que tiene menos servicios en su interior y se puede aprovechar el espacio para instalar asientos. A día de hoy, los trenes que pasan por la provincia tienen o 298 o 261 plazas. Con esto lo que se consigue es que la oferta de plazas sea prácticamente del doble añadiendo solo dos nuevas frecuencias, una medida que está llamada a acabar con la tradicional queja del aumento de plazas de tren para viajar a Madrid.
Los trenes Avlo, que son los que tiene más plazas, permitirán viajar a Madrid por un precio de unos nueve euros siempre, claro, se compre el billete con la antelación oportuna y no importe el horario del viaje. Un gran avance, pese a todo, puesto que a día de hoy los billetes para desplazarse a la capital de España tienen unos precios excesivamente altos salvo si se viaja con abono. Las personas que vayan puntualmente en tren se ven obligadas, salvo que cojan el billete con una antelación excesiva, a pagar precios muy elevados por desplazarse en este medio de transporte.