Como cada primero de marzo, Toro ha reivindicado hoy su lugar en la historia. Hoy se ha celebrado el acto de conmemoración por el 548 aniversario de la Batalla de Toro, acto que se lleva a cabo en el cruce de la carretera de Peleagonzalo, donde se encuentra el monumento a Isabel la Católica. Al acto han acudido autoridades locales y provinciales y la ofrenda floral ha sido protagonizada por el alcalde de Toro, Rafael González, y Margarita García, del Ministerio de Defensa.
Y, como cada año, toca repasar la historia para conocer lo acontecido en Toro en una batalla que fue fundamental a la hora de conformar el Reino de Castilla. Con el fin de defender los derechos a la Corona de Castilla de Juana «La Beltraneja», su tío (Alfonso V, rey de Portugal), invadió las tierras castellanas el 25 de mayo de 1475. Su ejército llegó hasta Toro y Zamora, desde donde amenazaba Valladolid y Medina del Campo, residencia de los reyes castellanos Isabel y Fernando.
El 1 de marzo de 1476 se encontraron los ejércitos de Alfonso V y de Fernando el Católico en las inmediaciones de la ciudad de Toro. Inició el ataque la vanguardia portuguesa, pero fue detenida por las huestes del Cardenal Mendoza, momento que aprovechó el Duque de Alba para flanquear con su ejército la derecha de los portugueses y decidir la batalla, que duró más de tres horas.
Los castellanos lucharon con gran valor y se apoderaron de ocho estandartes enemigos. Las pérdidas en uno y otro bando fueron cuantiosas, pero el triunfo sirvió para acabar con las divisiones entre la nobleza de Castilla. De hecho, la unificación de las coronas de Aragón y Castilla y el posterior nacimiento del Reino de España no se entienden sin la trascendencia de esta batalla.