Este 31 de marzo se cumplen cinco años de la gran manifestación organizada por la Revuelta de la España Vaciada en Madrid. Ha pasado un lustro desde que el movimiento vivió su punto de partida a nivel organizativo y, desde entonces, han surgido decenas de colectivos en las provincias, algunos grupos han tomado forma de partido político, se han producido éxitos y fracasos electorales y, sobre todo, el problema de despoblación que sufren provincias como Zamora se ha puesto sobre la mesa en el plano nacional sin que eso haya servido de mucho a nivel práctico.
Desde los inicios de la revuelta en 2019, y siempre en una posición alejada de la política, la Coordinadora Rural de Zamora ha intentado aprovechar esta ola para tejer una red reivindicativa en las comarcas y para presionar a las instituciones en aras de lograr que las buenas palabras tuviesen luego un impacto real en los pueblos. Cinco años después, el colectivo ha trasladado estos días cuál ha sido su trabajo. Eso sí, desde la certeza de que no se ha conseguido todo lo que se demandaba.
«Se puso sobre la mesa el problema de desequilibrio territorial brutal que sufre España, nos asociamos y reivindicamos, pero casi todas las propuestas han sido desoídas», admite el portavoz de la Coordinadora, Chema Mezquita, que critica a los políticos que se han puesto en estos años «el mono ruralista» para luego «no hacer prácticamente nada». «Ha sido un engaño continuo», asevera el activista contra la despoblación, que subraya que, desde el punto de vista social, «también ha habido altibajos». En ciertas zonas, «cuesta mantener el nivel de presión y de trabajo».
En esa línea, Mezquita es consciente de que Zamora carece de «una masa crítica y reivindicativa fuerte». Es más, considera que se trata de «una provincia muy dócil», y pone como ejemplo lo sucedido tras los incendios de la Sierra de la Culebra: «Todo el mundo se ha callado, no ha habido recorrido reivindicativo. A nivel medioambiental, pudo ser lo peor que ha pasado en España, pero no interesó que se hablara», señala el responsable de la Coordinadora Rural, que destaca que «no puede ser que todo se haga en función de intereses políticos».
Además, para Mezquita, todavía «hay muchos políticos que están en las instituciones calentando sillas». «Y en parte es porque se lo permitimos», asegura el representante alistano, que anima a la gente para que se una y apoye los movimientos sociales: «Esto es algo que va en beneficio de todos, pero muchas veces estamos desperdigados. O nos ponemos las pilas entre nosotros o esto va a ser muy difícil», señala.
El modelo de desarrollo
Uno de los ejemplos que menciona Mezquita en relación a los asuntos que han tenido menos impacto del previsto tiene que ver con la presentación de un amplio modelo de desarrollo para la España Vaciada cuyo contenido se presentó en distintos foros, incluidos los parlamentos, pero que «ha caído en saco roto». «El Gobierno sacó luego el documento de las 130 medidas, pero no ha servido para nada. No hay voluntad de coger el toro por los cuernos», recalca el portavoz del colectivo social.
El mensaje vuelve a dirigirse aquí a los políticos: «Al presidente de la Junta le oímos hablar más de ETA y de los okupas que de la despoblación, y por el otro lado igual», afirma Mezquita, que cita el conflicto con los agricultores y que indica que el modelo de desarrollo de la España Vaciada ya proponía que el primario se declarara como «sector estratégico». «Es muy peligroso perder la soberanía alimentaria, al igual que dejar morir los pueblos es un error brutal», asevera el activista alistano.
En definitiva, para Chema Mezquita, «se ha dejado pasar el tiempo, ha habido muchos fondos que se podrían haber orientado a que tuvieran impacto en el territorio y no ha sido así, y el tiempo se acaba». «Van a tener que hacerse muchísimos esfuerzos para revertir esto», advierte el portavoz de la Coordinadora Rural, que tilda de «frustrante» el «desprecio muy grande» que percibe hacia los pueblos.
«Aquí vale todo: vale que haya médicos sin especialidad, vale que haya sitios incomunicados días y semanas, vale que haya que beber agua embotellada porque la del grifo está contaminada, vale que prometas una carretera y no la hagas y vale que arda todo», incide el representante de la Coordinadora.
Aun así, con todo esto como telón de fondo, otro de los mensajes que tratará de trasladar la Coordinadora Rural en este quinto aniversario de la revuelta es la calidad de vida que ofrecen los pueblos; «todo lo bueno» que tienen las zonas rurales para convertirse en una opción para quienes quieran montar su proyecto de vida lejos de las ciudades.