Zamora registró 662 nacimientos durante el año 2023. Es decir, ni dos al día. Así lo indican los datos estimativos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística. Las cifras muestran una caída de la natalidad generalizada en todo el país, pero particularmente acusada en territorios como la provincia, donde los alumbramientos han caído un 6,9% en el último ejercicio y más de un 20% desde que se empezó a elaborar el estudio con este formato en el año 2019.
Por poner un poco en contexto el dato de los 662, conviene señalar que Palencia registró 724 alumbramientos en 2023; Ávila, 784; Teruel, 832; o Segovia, 851. Todas estas provincias tienen menos población que Zamora, lo que deja a las claras que el problema de la falta de natalidad resulta especialmente acusado en este territorio, el más envejecido de todo el país.
Precisamente, esa realidad vinculada a la elevada media de edad de la población provoca que las muertes sigan siendo mucho más elevadas que los nacimientos. Según la misma estadística experimental del INE, en 2023, perdieron la vida 2.430 personas en Zamora. Más o menos el cuádruple de las que nacieron.
En esa línea, el instituto estadístico nacional ofrece datos semanales de las defunciones, por lo que se puede ubicar concretamente el momento del año 2023 en el que los decesos superaron la cifra total de 662 nacimientos en la provincia. Ocurrió el 20 de marzo. Por tanto, antes de alcanzar la pasada primavera, en Zamora ya habían fallecido tantos vecinos como los que iban a nacer en todo el curso.
Un saldo vegetativo muy pobre
El hecho de que en menos de 80 días mueran las mismas personas que nacen en 365 pone al territorio en una tesitura en la que, si quiere al menos resistir con la población que tiene, debe lograr un saldo migratorio anual positivo de unas 1.800 personas, algo extremadamente complejo en las circunstancias actuales, más allá de los retornos o de la llegada de extranjeros a la zona.
En todo caso, solo con la llegada progresiva de gente que reside fuera en estos momentos se podría paliar la tendencia de una provincia donde escasea la población en edad de tener hijos y en la que nacen poco más de la mitad de niños que hace solo 15 años.