La noche de Reyes tiene un cariz particular en Montamarta. La ilusión de los niños, que pasan la noche en duermevela a la espera de los regalos, se une a la manifestación identitaria que representa el zangarrón, que regresa cinco días después de su primera salida, esta vez con la máscara roja y circular de gala. Esta tradición ancestral de la localidad de la Tierra del Pan sirve como broche de los rituales enmarcados en el periodo navideño en la provincia.
La salida del zangarrón se produce apenas unas horas después de la que protagoniza la Talanqueira en San Martín de Castañeda, que ejerce como penúltima estación de un intenso recorrido de mascaradas que concentra el grueso de su actividad entre los días 26 de diciembre y 1 de enero.
En concreto, el día después de Navidad se celebran cinco rituales en otros tantos pueblos de la provincia; en la jornada de Año Nuevo se suman otros cuatro y, en torno a Reyes, se añaden los dos citados para completar los once en total que se acumulan en otros tantos días.
Otro punto álgido en Carnaval
Las mascaradas de la provincia de Zamora vivirán otro de sus puntos álgidos en Carnaval, con citas clave en Villanueva de Valrojo, Morales de Valverde, Palacios del Pan o Almendra. Las tradiciones ancestrales propias de esta fiesta pagana también implican a las localidades de un modo intenso e imprimen el mismo carácter de cohesión popular en torno a determinadas simbologías.
Incluso, hay algunos pueblos que sacan a la calle sus mascaradas en verano, en particular el 15 de agosto, en un movimiento que pretende conservar la tradición en lugares donde resulta muy complejo juntar a la gente en este periodo invernal.