La primera parada de este viaje atrás en el tiempo no queda muy lejos, aunque ahora cueste aclimatar el cuerpo a lo que fue una tarde del mes de julio de este mismo año. La ubicación es Rabanales, concretamente la excavación arqueológica de El Castrico. Allí, un año más, con sombreros de paja y resistencia al calor, trabajan los miembros de Zamora Protohistórica. Uno de los que se afana en la tarea se llama Francisco González y, entre otros detalles, cuenta que lo hallado ya durante la investigación dibuja un poblamiento «que va creciendo según avanza el siglo I y que gana un rol administrativamente relevante o muy relevante en lo que es el tramo medio del valle del río Aliste».
Es decir, que todo apunta a que Rabanales, o el poblamiento que había entonces en este lugar, tenía cierta importancia en la época romana. Ya antes a los investigadores les había llamado la atención la presencia de estelas repartidas por el pueblo. Particularmente, en la iglesia, donde hay once fragmentos de estos textos funerarios grabados sobre piedra solo en el exterior. Además, en Rabanales también se encuentran otras piezas diseminadas por la localidad que, ahora, de la mano de Zamora Protohistórica, se pueden identificar a través de cartelería y códigos QR. No muy lejos del yacimiento, en pleno casco urbano, se observa un capitel de columna del periodo altoimperial (siglos I-III d.c.).
Conocido esto, vayamos bastante más atrás en el tiempo. Concretamente, al siglo II de la era actual. Hasta allí es donde se han trasladado también los investigadores que han reconstruido el mapa de las carreteras romanas en el año 150. Se trata de una digitalización abierta, con un mapa que se puede consultar de manera intuitiva y que se basa en «información histórica y arqueológica publicada, mapas topográficos y datos de teledetección».
El mapa «incluye cualquier ruta terrestre con una ubicación evidenciada, conjeturada o hipotética en las fuentes utilizadas para el estudio». Y esto abre la puerta también a cualquier camino anterior a la conquista romana que continuara en uso durante los años siguientes. Es decir, el estudio, publicado en Scientific Data, abarca la foto fija de las comunicaciones mediado el siglo II. El resultado son 299.171 kilómetros de calzadas, 40.000 de ellos en España. Son casi el doble de lo que se creía. Muchas están perdidas o prácticamente borradas de la realidad, pero la constatación de su existencia permite saber más acerca de cómo eran los territorios en el pasado.
Ya imaginará el lector lo que une los dos viajes en el tiempo. Efectivamente, Rabanales es uno de los lugares de la actual provincia de Zamora que aparece con una presencia destacada en el mapa. Lo hace como origen y destino de algunas de las calzadas que atravesaban esta zona. Por ejemplo, la que conectaba la zona de Ledesma con el sur de Zamora o la que unía la localidad alistana con Caliabriga, al pie de la frontera lusa, pero en la parte de Ciudad Rodrigo.
El mapa muestra también una conexión interior de Rabanales con Santovenia, dentro de la provincia de Zamora, lo que deja patente la importancia de este lugar, al menos, como enclave de referencia regional. Pero el pueblo alistano no es el único que aparece en la investigación publicada en Scientific Data. Hay más de una veintena de calzadas repartidas por el territorio zamorano para unir núcleos principales, pero también para establecer ligaciones de orden más secundario.
De Salamanca a Brigaecium o de Zamora a Rioseco
Entre las primeras, las más relevantes, se encuentra la calzada entre lo que ahora serían Salamanca y la ciudad de Brigaecium, cerca del actual Benavente. También se refleja como principal la conexión de ese punto de la provincia con Astorga. Del mismo modo, entre las calzadas destacadas, se encuentra la que unía la parte de la ciudad de Zamora actual con Medina de Rioseco, que atravesaba varias de las localidades del presente, como Gallegos del Pan, Villalube o Malva.
El mapa también muestra el recorrido de calzadas como la que iba de Pereruela a Angueira (Portugal), la de Tordesillas a Toro, la de Villaveza del Agua a Zamora (en el entorno de la actual autovía de la Ruta de la Plata), la de Calzadilla de Tera a Bretocino, la de Puebla de Sanabria a Calzada de Tera o la de Petavonium (entorno de Santibáñez de Vidriales) a Toro.
En algunos puntos de la provincia, todavía se pueden ver o intuir los restos de lo que fue toda esta red de calzadas que sirvió para establecer comunicaciones dentro de un territorio que, de vuelta a este tiempo, clama por conexiones que le sirvan para estar más cerca de las cosas importantes. De eso se trataba hace 1875 años y de eso va también ahora.
PINCHE EN ESTE ENLACE PARA CONSULTAR EL MAPA DEL ESTUDIO
