Al pie de la carretera que une Santa Eufemia con Manzanal del Barco aparece, como de la nada, un camino de tierra que discurre entre arbustos y aerogeneradores. Las aspas de los molinos gigantes giran y suenan mientras el sendero continúa hasta las inmediaciones del embalse de Ricobayo. En ese punto de la Tierra de Alba, se puede observar desde las alturas la estampa de la masa de agua que atraviesa el entorno, con los molinos al fondo y con la presencia imponente de una obra de ingeniería del siglo XX que aún asombra: el viaducto Martín Gil.
El puente se ubica en ese lugar donde el impacto del hombre se mezcla con la naturaleza. Y todo resplandece en una tarde de noviembre en la que las máquinas trabajan y los operarios se afanan en poner a punto la vía del tren que cruza esta infraestructura construida entre los años 1930 y 1940 del siglo XX. Pegados a la estructura, varios andamios revelan lo que hay: el Martín Gil está en obras desde la primavera de 2024. Y así seguirá, según fuentes de Adif, hasta el primer trimestre de 2026.

Lo que ocurre es que los trabajos que afectan a la circulación ferroviaria están por terminar. De hecho, la entidad responsable de la infraestructura tiene previsto que el corte al tráfico, decretado a mediados de septiembre, finalice este domingo. A partir de ahí, «habrá vía libre». Luego será Renfe la que determine cuándo recupera los servicios del tren regional que une Puebla con Valladolid y que, en las últimas semanas, ha funcionado con autobuses para el tramo entre la comarca sanabresa y Zamora capital.
Lo que cuenta Adif es que, a lo largo de estas semanas, se ha procedido a la impermeabilización y el drenaje del tablero, a la ejecución de una nueva losa de reparto y a la renovación integral de la superestructura de vía. Es decir, obras incompatibles con la circulación. Lo que se había hecho hasta ese momento y lo que queda a partir de ahora se puede ejecutar sin necesidad de parar el paso de los trenes por este puente visible también desde la carretera que conecta Manzanal con Palacios del Pan.
Algo similar sucede con el viaducto sobre el río Truchas, ubicado entre las localidades de Robledo y Puebla de Sanabria. Desde septiembre, se han acometido obras incompatibles con la circulación ferroviaria. Ahora, seguirán los trabajos, pero ya sin afectar al paso de los trenes. En total, la inversión para rehabilitar ambas infraestructuras alcanza los 8,8 millones de euros.
Más del 50% de ejecución en el Martín Gil
De vuelta al viaducto Martín Gil, desde el Administrador de Industrias Ferroviarias aclaran que la ejecución de la obra ya supera con creces el 50% del total de la intervención prevista. Solo en este puente, la obra que está ejecutando la empresa Imesapi SA supone una inversión de 5,8 millones de euros que servirán para «incrementar la fiabilidad de las circulaciones» de los trenes y contribuirán a la «durabilidad de la estructura a largo plazo».
Conviene recordar que, en el momento de su construcción, hace ya más de 85 años, el viaducto fue el mayor de arco hormigonado del mundo. El puente cuenta con una luz libre de 192,4 metros, una teórica de 209,8 y una flecha de 63. Su longitud representó un gran reto constructivo por la abrupta orografía de la zona y la luz que salva. En unos meses, cuando se retire el aparatoso andamiaje, las gentes de Zamora podrán contemplar el Martín Gil con su figura remozada.
