La gratuidad de la enseñanza en el primer ciclo de Educación Infantil no resulta, para las trabajadoras (son fundamentalmente mujeres) del sector tan beneficiosa como está siendo para las familias. Las condiciones laborales de las plantillas de los centros, muchos de ellos privados, «distan mucho de ser las acordes» a la responsabilidad de la etapa educativa en la que trabajan, con los niños que se incorporan al sistema. La situación se ha recrudecido en los últimos meses y patronal y sindicatos no avanzan en sus conversaciones sobre el nuevo convenio colectivo, que no se ha firmado y que mantiene congelada la situación de las trabajadoras.
«Por si esto fuera poco, el papel de la Junta de Castilla y León ahonda aún más en esta problemática», lamentan desde Comisiones Obreras. La gratuidad para las familias en esta etapa ha supuesto que la Junta «haya autorizado la apertura de unidades mixtas, compuestas por niños y niñas de distintas edades, en centros ya completos, algo que contradice su propia norma pero que deciden ignorar a fin de sobrecargar unos centros que no dotan de más personal y se quedan con las ratios mínimas exigidas de una técnico de educación infantil por unidad más una extra para todas ellas y una maestra cada seis unidades».
«La Junta financia, las empresas obtienen beneficios y la carga cae sobre las trabajadoras», resumen desde el sindicato. Las trabajadoras tienen más niños a cargo y el mismo sueldo, en otras palabras. Y aumenta la cifra de centros que tienen estas llamadas unidades mixtas. Los «cursos» son tres: de 0 a 1 años, de 1 a 2 y de 2 a 3. En el siguiente nivel, de 3 a 4, los niños cursan ya segundo ciclo de Infantil. En Zamora, según la información oficial de la Junta, hay solo dos aulas que junte a los niños desde los 0 años hasta que pasen a segundo ciclo: la de Arcenillas y la de Mombuey. Pero, sin embargo, hay muchas que juntan a chavales de dos años distintos: Entre otras, Alcañices, un aula de Benavente, Villalpando, Morales del Vino y varios centros de Zamora.
«Hay que poner fin al abandono institucional que sufre el sector», apunta el sindicato. «No podemos seguir mirando hacia otro lado cuando las personas encargadas de la primera de todas las etapas educativas están pidiendo a gritos una solución a una serie de problemas estructurales que impiden no sólo que puedan trabajar en unas condiciones dignas, sino el propio desarrollo cognitivo y social de los niños y niñas», continúan desde el sindicato.
Comisiones Obreras exige la reducción de las ratios para todas las etapas educativas, el fin de la apertura de unidades mixtas en centros ya completos, la presencia de personal de apoyo en las aulas y que se ponga fin a la discriminación salarial que sufren las trabajadoras en función de la procedencia de la financiación de las empresas. En condiciones normales, las trabajadoras de los centros públicos cobran más que las de las privadas.
«No podemos seguir que esta etapa se desprofesionalice y se ignore», concluye el sindicato. De momento, se han convocado concentraciones en Valladolid y en Salamanca, concentraciones que podrían ampliarse al resto de provincias si la situación no mejora.
