Después de meses de trabajo previo y de varias iniciativas en el mandato anterior que no terminaron de materializarse, la Diputación de Zamora activará finalmente en 2026 su recurso para combatir la exclusión financiera en el territorio. Es decir, para tratar de paliar las dificultades de acceso a los servicios bancarios que padecen las personas que residen en lugares sin oficinas fijas ni móviles y sin cajeros en sus localidades de residencia.
El presidente provincial, Javier Faúndez, anunció este viernes, durante la presentación del presupuesto para 2026, que el trabajo de los técnicos ha sido importante durante esos meses, «casi de llamar uno por uno a cada ayuntamiento» para conocer exactamente qué servicios financieros tenía su población. En base a esa tarea, se ha elaborado una lista de pueblos con necesidades y allí se acudirá. Habrá 236.000 euros consignados.
¿Y para hacer qué? Pues la previsión, según relató Faúndez, es llegar a esas localidades que carecen de servicios bancarios con dos furgones que irán recorriendo los pueblos de la provincia diariamente. Se marcará una periodicidad para cada lugar y se llegará con un sistema de datáfono y personal bancario que atenderá «in situ» a los clientes de las zonas rurales.
La idea es montar «un programa serio» y con la «clave en la atención presencial», recalcó el mandatario provincial, consciente de que los datos publicados este mismo año por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, el organismo que suele elaborar esta estadística, dicen que uno de cada cinco zamoranos reside en zonas sin acceso a ninguna pata del sistema financiero. Básicamente, un 21,66% de los vecinos está en pueblos donde no hay oficina, ni cajero, ni agente comercial, ni oficina de Correos ni cajeros gestionados por terceros.
En concreto, de nuevo según el citado instituto, hay 174 municipios sin servicio bancario de ningún tipo. En ellos viven más de 35.000 zamoranos. Ahí es donde aspira a actuar la Diputación, que tiene los datos en la mano y que ya ha admitido en alguna ocasión que lugares como Sanabria precisarán de un esfuerzo extra. Lo mismo será preciso para llegar a ayuntamientos de más de 500 habitantes que carecen de cajero.
La caída desde 2008
Conviene destacar aquí, por hacer un poco de memoria, que en septiembre de 2008, cuando comenzaba la crisis económica, en Zamora había 253 oficinas bancarias y la mayoría de los pueblos de mediano tamaño tenían al menos un asidero al que agarrarse para realizar sus gestiones financieras. En diciembre de 2024, 16 años después, la digitalización del sector y la despoblación habían hecho de las suyas y habían motivado el cierre de 164 oficinas hasta dejar la cifra total en 89. En tres lustros ha desaparecido casi el 65% del tejido financiero de la provincia.
Es ahí donde intervendrá la institución pública provincial, con el objetivo de taponar un poco esa brecha. Cuando los furgones se pongan en marcha se verá si la solución sirve o no para sacar a la gente de los pueblos de otro de esos conceptos modernos que le han endosado: el de la exclusión financiera.
