Enfoque Diario de Zamora
  • Zamora
  • Pueblos
  • Benavente
  • Toro
  • Castilla y León
  • Firmas
  • Otros enfoques
Enfoque Diario de Zamora
lunes, 3 noviembre, 2025
  • Zamora
  • Pueblos
  • Benavente
  • Toro
  • Castilla y León
  • Firmas
  • Otros enfoques
Enfoque Diario de Zamora
Enfoque Diario de Zamora
  • Zamora
  • Pueblos
  • Benavente
  • Toro
  • Castilla y León
  • Firmas
  • Otros enfoques
Firmas

Valorio o el ecologismo atolondrado

Apelando a la pureza y apartando a cualquiera que plantee dudas sobre la irracionalidad de criticar lo racional, el ecologismo atolondrado zamorano se va quedando arrinconado

por José Antonio Alonso 03/11/2025
José Antonio Alonso 03/11/2025
FacebookTwitterLinkedinWhatsappEmail
202
Árboles talados en Valorio. Foto Emilio Fraile

Lucha por enseñar la cabeza en estos días un ecologismo de pancarta y megáfono, de berreo y alarido, más preocupado por llamar la atención que por comprender lo que dice o entender lo que hace. Yo lo llamo ecologismo atolondrado; precipitado, irreflexivo o alocado son sinónimos que le vendrían como un guante.

Se mueve así el ecologista atolondrado entre protesta y protesta, a salto de noticia, utilizando la ciencia cuando le conviene e ignorándola cuando no.

Así, apelando a la pureza y apartando a cualquiera que plantee dudas sobre la irracionalidad de criticar lo racional, el ecologismo atolondrado zamorano se va quedando arrinconado, buscando con desesperación cualquier resquicio que la actualidad le deje para poder sacar la cabeza y tratar de demostrar que no está en la marginalidad en la que, enfrentado con todo el mundo, se ha ido metiendo.

En este contexto ha encontrado el ecologismo atolondrado en el bosque de Valorio, una bandera a la que agarrarse y con la que sacudir.

Este bosque que todos conocemos, tenía los problemas que todos sabemos. Una parte procede de una plantación simultánea de pino que tiene una densidad tal que impide el desarrollo de otras especies. En la otra, más agreste, una cantidad enorme de combustible en forma de árboles muertos y secos, se amontonaba entre ejemplares vivos que compitiendo por alcanzar la luz han venido creciendo con troncos demasiado débiles para soportar los cada vez más frecuentes y virulentos vendavales. Un problema y el otro venían agravados por décadas de falta de cuidado y atención.

La ciencia nos dice que si no se interviene en la primera parte, el bosque morirá uniformemente, ya que todos los ejemplares tienen una edad similar y como la densidad ha sido demasiado alta no hay reemplazo natural. Nos dice también que el exceso de combustible y la densidad en la segunda parte, están generando un bosque que crece enfermo y es más vulnerable a los incendios forestales. Nos dice la ciencia por lo tanto, que para que el bosque de Valorio tenga futuro es imprescindible intervenir, abriendo claros en la primera parte e introduciendo nuevas especies autóctonas para garantizar así la sucesión de la masa arbórea, es decir, que el bosque no se muera. Nos dice también que en la parte agreste es preciso reducir la densidad, abrir claros y retirar una parte del combustible. En las dos partes hay que realizar podas selectivas para evitar que un fuego en el suelo alcance rápidamente las copas y sea inapagable. Y finalmente nos dice que para mejorar las condiciones del suelo hay que retornar una parte de ese sombustible al suelo, para que reincorporado al ecosistema en forma de astillado, impulse su capacidad de retención de humedad, sumicrobiología y su estructura.

El ecologismo atolondrado, apropiándose en este caso del resto de sinónimos, lleva meses atacando ciegamente las actuaciones en el bosque de Valorio. Al ecologismo atolondrado no le vale el acerbo científico aplicado a la gestión de este bosque, un acerbo que por otro lado resulta perfectamente entendible por cualquier persona con un mínimo de capacidad de observación.

Defiende el ecologismo atolondrado la no intervención, planteando que la propia naturaleza por si sola será capaz de crear el prístino y bucólico paisaje que en sus ensoñaciones imagina. Todo ello, claro, sin ninguna base racional. Hay que dejar que la naturaleza siga su curso, proponen. Cualquier intervención humana en el bosque es indeseable, sugieren.

El resto del movimiento ecologista, menos ruidoso y probablemente más amplio, sabe que el ecologismo hunde sus raíces en el “oikos”, la casa. Sabe que ser ecologista parte de saber cuidar la casa en la que vivimos, en este caso nuestro entorno, el medio natural que nos rodea. Y sabe el ecologista de verdad, que la humanidad siempre ha intervenido de un modo u otro en su entorno.

Sabe también que hasta hace bien poco, esas intervenciones buscaban el cuidado y no la destrucción, pues el humano sabía que su supervivencia pasaba por disponer de un entorno capaz de proporcionarle los servicios ecosistémicos que necesitaba para sobrevivir. En la dehesa, por ejemplo el cuidado del hombre ha establecido una simbiosis con el medio que le rodea para crear un entorno sostenible único y resiliente. Sabe el ecologista que el cuidado de su entorno, de su “oikos”, de su casa, es fundamental para la supervivencia de la humanidad.

Por lo tanto, el ecologista sabe que no hay nada más antiecológico que el abandono, nada más peligroso que la inacción, nada más inhumano que la falta de cuidados.

Proporcionar cuidados es lo que ha permitido a esta especie llegar a donde está. Cuidados a aquellos con los que compartimos nuestras vidas, cuidados a nuestros animales, cuidados a nuestro entorno. Porque tenemos una responsabilidad para con los nuestros, para con los que nos rodean, para con nuestro entorno. Solo empatizando podemos ser humanos, solo cuidando hemos llegado hasta donde estamos. Sin empatía y sin cuidar lo que nos sostiene, nuestra especie no puede sobrevivir.

Defender la inacción, el abandono y la desatención, ni es ecologista ni es humano. Y defenderlo criticando y acosando a los que sí lo hacen, refleja una desconexión patológica de la realidad que solo puede encontrar explicación en un ego desmedido y en una visión del entorno más cercana al ecofascismo nazi, que al ecologismo de verdad.

José Antonio Alonso

Coordinador del proyecto RenaturaliZA.

También Podría interesarte

Más Don Juan Tenorio y menos Jack-o’-lantern

02/11/2025

Renaturaliza que no es poco

25/10/2025

Cuentas pendientes con Zamora

22/10/2025

Síguenos en redes sociales

Facebook Twitter Instagram Email Whatsapp

Lo más leído

  • Morales del Vino y la riqueza «oculta»: «Este pueblo es como cualquiera, pero también vive gente que tiene»

    03/11/2025
  • Sabas es historia en el Zamora CF: así le ha ido al equipo tras los cambios de entrenador a mitad de temporada

    03/11/2025
  • El tiempo en Zamora para mañana lunes: Nieblas matinales, jornada agradable por la tarde

    03/11/2025
  • Un detenido en Zamora en el marco de una operación nacional contra un grupo que estafaba en la compraventa de mercancías

    03/11/2025

Enfoque Diario de Zamora

  • Avenida de Alfonso IX, 1. Zamora
  • Tlfo: (+34) 621 35 04 37
  • redaccion@enfoquezamora.com
  • publicidad@enfoquezamora.com

Menú

  • Zamora
  • Benavente
  • Toro
  • Pueblos
  • Castilla y León
  • Deportistas
  • Firmas
  • Última hora
  • Otros enfoques

Aviso Legal

  • Aviso legal
  • Política de privacidad
  • Política de cookies
  • Medio auditado por OJDInteractiva

2025 – Todos los derechos reservados

Facebook Twitter Instagram Tiktok
Enfoque Diario de Zamora
  • Zamora
  • Pueblos
  • Benavente
  • Toro
  • Castilla y León
  • Firmas
  • Otros enfoques
Enfoque Diario de Zamora
  • Zamora
  • Pueblos
  • Benavente
  • Toro
  • Castilla y León
  • Firmas
  • Otros enfoques