Sobre la pared, aparecen 56 fotografías del mismo tamaño y en orden perfecto. Son ocho en cada fila y siete en cada columna. Todas las imágenes están tomadas en Sayago este mismo año, en una horquilla temporal de cuatro meses, y todas muestran edificios que fueron lo mismo y ahora sirven para cosas distintas. Estos inmuebles ejercieron, en su día, como escuela rural del pueblo en el que se ubican, pero ahora se han reconvertido para dar otro servicio. El que ofrecían ya no tiene cabida. No hay niños suficientes a los que atender.
Las fotografías forman parte del «informe visual» sobre las escuelas de Sayago que ha elaborado una mujer llamada Almudena Sánchez Mata y que, hasta enero, se expone como parte de la muestra «De aquí. Ahora», disponible en el Museo de Zamora. Ella, natural de Cabañas, estudió en el colegio del pueblo hasta los diez años, pero ya hace tiempo que vio cómo aquellas aulas daban paso a otros usos: «No sé, igual hace 40 años de eso», aventura esta zamorana residente en Salamanca, que ideó este proyecto como elemento central de su Trabajo Fin de Grado. «Sí, estudié Bellas Artes tarde», sonríe.

Sánchez Mata aclara que el trabajo de campo la llevó a recorrer todas las escuelas de Sayago. Eso sí, lo primero que hizo fue algo menos romántico: mirar el catastro. De ahí extrajo fotos antiguas, de hace 50 años, correspondientes a las escuelas de cada localidad. La idea posterior era tomar varias imágenes de los inmuebles en el momento actual, pero siempre captar una desde el mismo ángulo que la que aparece en el registro administrativo y otra frontal.
Las que Sánchez Mata hizo de frente son las que se pueden contemplar bien ordenadas en la exposición de Zamora. Las gemelas a las del catastro aparecen en un libro en el que se compara el estado de entonces con el actual: «Lo que hago es un recorrido buscando lo que ha pasado con esas escuelas», comenta la artista, que acudió a cada rincón de su comarca condicionada por el conocimiento previo: más o menos, sabía lo que se iba a encontrar.
«Las 56 que están aquí tienen un uso diferente al educativo. Aparte de ellas, solo he encontrado diez escuelas abiertas, y están en los pueblos más grandes», explica la mujer natural de Cabañas, que cita los casos de Bermillo y Fermoselle, y que remarca que, en localidades más pequeñas todavía con cole, las nubes se ciernen sobre el futuro de las aulas. «Esto va variando. Si una escuela se queda con menos de tres alumnos, cierra», recuerda Sánchez Mata.
Los usos actuales
En cuanto a los usos que ahora tienen los inmuebles, la artista sayaguesa admite que «los habituales son los culturales». Así se percibe también en las imágenes. Hay bibliotecas, centros sociales o algún museo, pero también consultorios médicos, almacenes o espacios tipo bar. «Estas imágenes frontales forman una de las tres capas visuales del proyecto», matiza la mujer de Cabañas, que recuerda las fotografías gemelas a las del catastro como otra de esas capas, y unas instantáneas de los interiores como la tercera.
«Va a ser como una trilogía de las escuelas de Sayago», sostiene Sánchez Mata, que subraya que, en Cabañas, lo que fue el cole ahora está en obras: «Se está reformando para uso cultural. Hasta ahora se destinaba a cursos de pintura o de tejer que se hacían en el pueblo», asevera la artista, que tiene la intención de seguir explorando su comarca para montar nuevos proyectos: «Es recuperar un poco esa esencia de lo que yo vivía cuando estaba allí», remacha.
