En cierto modo, octubre es como un segundo septiembre. El mes en que el ritmo se asienta, los días se acortan y las rutinas ya están plenamente en marcha. Es tiempo de mirar atrás y tomar impulso, de hacer balance de lo vivido y de dejar atrás aquello que no suma. Una especie de “Marie Kondo” vital: desechar lo que ya no sirve y afrontar lo nuevo con propósito.
Es también el momento de ajustar las cuentas pendientes. De asumir que todo lo que importó hasta el final del verano ya no tiene el mismo peso. Poco a poco, el calor se disipa, las hojas caen… y parece que todo vuelve a su sitio.
Pero no. No todo se cierra ni todo empieza de nuevo. Las cuestiones por resolver siguen ahí. Especialmente en la provincia de Zamora, y más aún en sus zonas rurales, esas que se conocen —a veces con cierta condescendencia— como la “España vacía”. Un territorio sobre el que se han elaborado incontables estudios, estrategias y discursos… mientras sus vecinos ven, año tras año, cómo los servicios se reducen.
Varias situaciones vividas en lo que llevamos de 2025 ilustran bien este sentimiento. Un repaso, en orden cronológico inverso.
Los veranos son cada vez más extremos. Las olas de calor se suceden y las zonas naturales sufren un intenso estrés hídrico. La despoblación y la ausencia de ganado favorecen la acumulación de vegetación; la falta de previsión, la precariedad de los agentes forestales y la escasez de medios y formación completan el cóctel perfecto para el desastre. El resultado: nuevos incendios que han vuelto a arrasar la provincia. Según los registros de la Junta de Castilla y León, entre el 10 y el 28 de agosto se quemaron 29.000 hectáreas. Una historia que se repite apenas tres años después de los grandes incendios de 2022, que destruyeron más de 60.000 hectáreas. ¿Y qué se ha mejorado desde entonces?
En julio de 2021 llegó el AVE a Sanabria, un servicio recibido con ilusión. Trabajar en Madrid y vivir en el pueblo natal parecía, por fin, una posibilidad real. Así fue, hasta el verano de 2025, cuando se suprimieron dos paradas clave en la zona. La decisión se justificó en nombre de la “rentabilidad” y la “eficiencia”, pero muchos la interpretan como un nuevo pulso político entre el Gobierno autonómico (PP) y el nacional (PSOE). Como siempre, pierden los mismos: los vecinos que vieron en ese tren una oportunidad de conexión, de futuro. Las protestas no han cesado desde el verano; llegaron hasta Madrid, se recogieron firmas… Pero el tren sigue pasando de largo. ¿Volverá algún día a detenerse con la misma frecuencia?
Y llegamos al turismo, hoy un motor esencial para la provincia. Los atractivos culturales, naturales y tradicionales atraen cada año a miles de visitantes. Paradójicamente, muchas infraestructuras construidas en su día para abastecer de energía a las ciudades —y vaciar los pueblos— son ahora reclamos turísticos. Hasta hace poco, lugares como las presas de Almendra o Aldeadávila contaban con miradores desde los que contemplar la grandeza del paisaje. Sin embargo, desde el verano de 2024 (en Aldeadávila) y el otoño del mismo año (en Almendra), ambos miradores permanecen clausurados.

En el caso de Almendra, se habló de una “normativa europea”, aunque a día de hoy nadie ha explicado con claridad cuál. En abril, los vecinos salieron a la calle para exigir su reapertura y la retirada de los bolardos. La Junta y la empresa explotadora, Iberdrola, se comprometieron a construir un nuevo mirador. ¿Dónde está? Nos acercamos al primer aniversario de la clausura, y lo único que se mantiene es la inseguridad para los visitantes, que caminan por aceras estrechas, con barreras arquitectónicas y frente a carteles que rezan “Solo vehículos autorizados”. ¿Autorizados por quién?
Cuentas pendientes. Todas ellas. Y solo de este 2025. Mientras tanto, el curso avanza. Quienes deberían afrontarlas están ocupados en otras cosas: hacer política. ¿Política para quién? Debería ser, al menos, para la ciudadanía. Esa que sigue saliendo a la calle a reclamar lo que es suyo.
Ana Belén López Tárraga. Investigadora en el Grupo de investigación Territorio, Innovación y Desarrollo (TEIDE), Universidad de Salamanca. Graduada en Periodismo por al Universidad de Valencia. Técnico de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Duero-Douro.