Tábara reinaugura su Centro de Interpretación de los Beatos, un ejercicio de memoria local y de puesta en valor del patrimonio más cercano, además de un importante recurso turístico del que se beneficiará la localidad y, de forma más amplia, todas la comarca. Se abre en la iglesia de Santa María de Tábara, donde se empezó a plantear a raíz de la exposición Scriptorium – Tábara visigoda y mozárabe y en la conferencia pronunciada por el catedrático estadounidense John Williams en el año 2010.
Yendo aún más atrás, la verdadera razón de ser de esta exposición no se puede comprender sin recordar que en el scriptorium del cenobio mozárabe de Tábara se realizaron hasta tres copias del Comentario al Apocalipsis de San Juan, obra del monje Beato de Liébana. Estos manuscritos, que en honor a su autor se conocen como beatos, constituyen un testimonio excepcional de la espiritualidad y el arte de la Alta Edad Media en la península ibérica.

Copias idénticas a los originales de estos tres códices — el Beato Morgan o de San Miguel, el Beato de Tábara y el Beato de Gerona — fueron en su momento los principales reclamos para atraer a visitantes deseosos de contemplar, reunidas en un mismo espacio, estas joyas medievales hoy dispersas por distintos puntos de la geografía nacional e internacional. Algo de lo que se aprovechó Tábara.
Poco a poco se fueron añadiendo nuevas ediciones facsimilares, principalmente de los beatos relacionados de una u otra forma con los elaborados en Tábara. Un ejemplo destacado es el códice de Las Huelgas (1220), para cuya confección se tomó como referencia el Beato de Tábara, y en él quedó plasmada la célebre torre-scriptorium que ya culminaba el manuscrito tabarés del siglo X. En este enriquecimiento progresivo del material expositivo, merece una mención especial la donación realizada por la Universidad de Valladolid de una copia del ejemplar que custodia dicha institución: el Beato de Valcavado (970), procedente de un desaparecido monasterio palentino.

En los últimos años, el Ayuntamiento de Tábara ha hecho un esfuerzo sostenido por completar la colección de ediciones facsimilares de beatos disponibles. Gracias a esta labor han llegado hasta esta localidad zamorana, entre otros, el Beato de El Escorial (siglo X), el de Fernando I y doña Sancha (1047), el de Saint-Sever (1060–1070), así como la coleccióncompleta de fragmentos conservados, que incluye el fragmento de Silos (siglo IX) y los dos folios de un beato custodiados en el Archivo Histórico Provincial de Zamora (primera mitad o mediados del siglo X).
Todos estos voluminosos libros se exhiben en vistosas e iluminadas vitrinas que ocupan los laterales del antiguo templo tabarés. Su disposición en las mismas responde al estilo artístico al que han sido asignados: en primer lugar se presentan los beatos mozárabes (siglos IX–X), les siguen los románicos (siglos XI–XII) y, finalmente, los cistercienses (siglos XII–XIII). En el centro y corazón de la exposición reposan las joyas de la corona, las reproducciones de los beatos de Tábara. Allí, entre los milenarios muros que se levantaron sobre los restos del monasterio de San Salvador de Tábara, siguen haciendo que este hermoso e importante legado de los antepasados siga brillando con la dignidad que se merece.
Se abre así una nueva etapa para el Centro de Interpretación de los Beatos de Tábara y la reafirmación de su compromiso con la difusión y puesta en valor del legado tabarés ante vecinos, visitantes y estudiosos.
