El barullo es considerable en el Mercado de la Paz del barrio de Salamanca, en Madrid, sobre la una y media de la tarde del martes. Todos los puestos despachan. Por allí, un hombre se lleva el pescado; por allá un carnicero carga una pieza al hombro mientras el compañero hace filetes. Hay poco descanso. Y en medio de esa vorágine, en el centro de la instalación, la provincia vende lo suyo. Lo hace a través de la presentación de «Zamora es calidad», el sello que aspira a llevar los productos de la tierra al siguiente nivel; a colocarlos más y mejor en lugares con tanta demanda como la capital de España.
Allí mismo, mientras los responsables de la Diputación y los productores cuentan la idea, una mujer observa la escena sin necesidad de moverse de su puesto. Su nombre es Rosa Alonso y se trata de la responsable, junto a su pareja, de El Abuelo Pedro, una marca que cuenta con diez fruterías repartidas por Madrid. Uno de sus puntos de venta se ubica en ese Mercado de la Paz, exactamente al lado del lugar donde se celebran la presentación y la cata de la provincia.
El momento es especial para Rosa. Algunos de los compañeros de la instalación son conscientes y le hacen un gesto al pasar. Esta mujer, afincada en Madrid desde hace más de 25 años, es una de las 35.000 personas nacidas en la provincia que reside en la capital de España. En concreto, su raíz está en Olleros de Tera y, principalmente por eso, en sus fruterías, ya hay productos de Zamora. A ella, como vendedora, no le hacía falta que le presentaran las bondades de sector agroalimentario de la tierra porque ya las conoce, pero ve «perfecto» el desembarco en el Mercado de la Paz para abrir los ojos de los demás.
«Lo que quiere este mercado es autenticidad, sabor y calidad», advierte Rosa Alonso, que muestra uno de los productos zamoranos que más vende: «Yo traigo una miel que se llama La Sana Breza, que es de un pueblo cercano al mío llamado Junquera. La verdad es que a la gente que la prueba le gusta», subraya la vendedora, que cita igualmente las calabazas que recoge en su zona y los tomates de temporada que adquiere procedentes de Aliste o de Barcial del Barco.

Enseñar para que se conozca
«El tomate tiene muy buena acogida porque es natural, te sabe a ese tomate de pueblo», defiende Alonso, que insiste en la importancia de mostrar el producto que uno tiene para tratar de destacar en un lugar como Madrid: «Si no, la gente no conoce las cosas. Nosotros tenemos también un puesto en Mercamadrid y, al ser de Zamora, vamos conociendo gente y trayendo el producto. Pero si no sale de la provincia, si no hay un proveedor que lo traiga, es complicado», recalca la vendedora.
Rosa Alonso pone como ejemplo el «embutido espectacular» que se produce en la provincia y que, a su juicio, podría estar más metido en el mercado madrileño: «Yo, por mi parte, intento fomentar lo de la tierra. Cuando traigo algo de Zamora, lo digo y lo expando», indica esta mujer que llegó a la capital de España en busca de trabajo y que terminó metida con su marido en este negocio. «Tenemos diez fruterías y ahí seguimos»; zanja esta comerciante de Olleros mientras, al fondo, la cata con queso, chorizo, setas o mieles de la provincia continúa.