Ocurrió un 22 de septiembre del 25, pero en el siglo XIX. En el estreno de aquel otoño de hace 200 años vino al mundo Ramón Álvarez. Lo hizo en Coreses, como miembro de una familia humilde. Ascenso insospechado el suyo, por tanto: de hojalatero a catedrático; de restaurador a imaginero, como se ha encargado de reseñar, en el día de la efeméride, el presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez. El mandatario alistano ha sido el encargado de abrir la inauguración de la exposición «Espejo del Alma», una muestra que pone a la vista de todos, en La Encarnación, el legado del artista.
Faúndez, acompañado en su alocución por su vicepresidente primero, Víctor López de la Parte, y por el comisario de la muestra, José Ángel Rivera de las Heras, ha recordado que Álvarez, «figura esencial del patrimonio artístico de Zamora», fue «esfuerzo y talento» y «supo abrirse camino» para terminar convirtiéndose en «maestro de maestros». La mejor prueba de su relevancia es que, 200 años después, ahí sigue su legado. Firme. En la Semana Santa y en el alma de la ciudad.
López de la Parte ha ido por la misma línea para destacar la trayectoria del artista y la «oportunidad única que representa esta exposición», que permanecerá abierta hasta el 6 de noviembre: «Ramón Álvarez sigue vivo en cada talla, en cada detalle y en cada procesión», ha apuntado el vicepresidente, que ha considerado que la exposición puede ser «la mejor hasta la fecha» dedicada al autor de la talla de La Soledad.
Por su parte, el comisario de la exposición, José Ángel Rivera de las Heras, ha reseñado el carácter «polifacético» de Álvarez, con sus imágenes religiosas, su «habilidad para realizar composiciones complejas en espacios exiguos», su talento para «dar verosimilitud a las figuras» o su condición de faro de otros como Mariano Benlliure, Eduardo Barrón o Ramón Núñez. De nuevo, maestro de maestros.
En cuanto a la exposición como tal, Rivera de las Heras ha puesto de manifiesto su carácter novedoso y las figuras que se acercan a la mirada del público con sus expresiones. Algunas archiconocidas por los zamoranos; otras, fruto de cesiones de otros lugares.
Anuncios de López de la Parte
Víctor López de la Parte ha aprovechado también su intervención para anunciar dos cosas. En realidad, la primera ha sido más bien una confirmación: antes del final del mandato, el antiguo palacio provincial acogerá una sala permanente dedicada a los artistas zamoranos, con espacio para exposiciones temporales. La segunda y más novedosa de las revelaciones del vicepresidente tiene que ver con otro nombre de categoría dentro del arte en la ciudad: en el otoño del 26, una «gran exposición retrospectiva de Antonio Pedrero» llegará a Madrid. Después, claro, se instalará también en Zamora.