La Diputación de Zamora ha aprobado este viernes una transferencia de crédito, de 600.000 euros, para habilitar una sala de exposiciones en el antiguo Palacio de la Diputación. Un dinero que sale de la partida destinada a rehabilitar viviendas particulares en los pueblos para destinarlas después al alquiler por un número determinado de años y facilitar que las personas pudieran asentarse en el entorno rural. Una misión para la que la Diputación de Zamora, esto era conocido de antemano, no tiene competencias y para la que es necesaria un convenio con la Junta de Castilla y León (administración competente en esta materia) que este año ya no dará tiempo a firmar.
El equipo de Gobierno asegura que la filosofía de esta transferencia de crédito es doble, por un lado no enviar el dinero a remanente y por otro trabajar en mantener y mejorar el patrimonio de la Diputación. No lo ve igual la oposición (PSOE e Izquierda Unida, ya que Zamora Sí no se ha pronunciado sobre el tema y Vox no tiene presencia en el Pleno desde que su diputado causara baja hace ya un año). Carlos Rodríguez, hoy portavoz del PSOE, ha puesto sobre la mesa «la incongruencia de que la Junta no nos deje invertir en vivienda pero sí en incendios», que también son competencia autonómica, y ha lamentado que la Diputación «saque el dinero de los pueblos para llevarlo a Zamora». Rodríguez ha pedido al presidente, Javier Faúndez, que «explique a los pueblos que se quedan sin ayudas pero que Zamora va a tener una nueva sala de exposiciones» y ha pedido «pensar más en el entorno rural y menos» en la ciudad.
Similar argumento ha verbalizado Laura Rivera, de Izquierda Unida, que ha señalado la «falta de planificación, ineficacia o gestión lenta» de la Diputación por no materializar el convenio con la Junta a tiempo. «Este año, este proyecto ha fracasado», ha añadido la diputada, que ha reconocido que el proyecto del antiguo Palacio es «bueno» aunque no comparta «cambiar el dinero de viviendas rurales a palacios urbanos».

«Demagogia, la justa», ha apuntado Faúndez en el último turno de palabra del debate, haciendo uso de la prerrogativa que da la normativa al presidente del Pleno (y a todo el equipo de Gobierno) de no tomar la palabra en el primer turno de intervención y pasar directamente al segundo, lo que de facto elimina el derecho a réplica por parte de la oposición. Faúndez ha puesto en valor el trabajo que se está haciendo en el antiguo Palacio en dos fases, una primera para convertirlo en oficina de turismo y una segunda, esta aprobada este viernes, para que haya en él una sala de exposiciones y sea un espacio visitable. «El dinero no se les quita a los pueblos y se invierte en la ciudad. Se invierte en recuperar el patrimonio de la institución, que es el patrimonio de los pueblos». Ha recordado Faúndez que la de Zamora es «la Diputación que más viviendas va a recuperar gracias al convenio» firmado con el Somacyl y ha afeado a Carlos Rodríguez que dijera que en «algunos pueblos no hay ni agua potable». «No tiene ni la más remota idea de lo que dice. Decir eso es faltar el respeto a la gente. Deje de ser feliz en Toro», ciudad en la que Rodríguez es teniente de alcalde, «y pise algún pueblo de la provincia», ha apuntado el presidente. Ha hecho el socialista amago de querer contestar, pero el debate estaba acabado.
Ayuda a domicilio
El Pleno provincial ha aprobado también una prorroga del servicio de ayuda a domicilio, que acabará en diciembre aunque el propio contrato recoge una posible prorroga de dos años más. El PSOE ha animado a la Diputación a no aprobar prórrogas y redactar un nuevo contrato. Ramiro Silva, diputado responsable del área, ha asegurado por su parte que la prórroga estaba prevista, que en términos económicos es beneficiosa y ha anunciado que ya se trabaja en un nuevo contrato que estará listo, salvo problemas, el 1 de enero de 2027.