Los años pasan y la carretera entre Bragança y Puebla de Sanabria sigue siendo una tortura para quienes la recorren de manera habitual: trazado irregular, baches, curvas y la obligación de ir despacio para evitar sustos. En los planes de España y de Portugal aparece la idea de ejecutar una vía rápida para resolver esa situación y conectar los dos municipios citados, situados a unos 40 kilómetros, en poco más de veinte minutos – ahora, cuesta bajar de los tres cuartos de hora – pero los proyectos no terminan de salir adelante.
Del lado español, la última novedad en positivo hay que buscarla en la presentación del llamado Plan de la Raya, una iniciativa diseñada por la Junta para organizar las inversiones en las comarcas fronterizas repartidas entre las provincias de Salamanca y Zamora. En ese documento, se admite que la carretera ZA-921, la que une Puebla con el país vecino por Rihonor a través de 16 kilómetros de trazado, «requiere de obras de modernización y acondicionamiento integral», por lo que se impulsará la ejecución de la infraestructura.
Ahí caben, eso sí, dos matices relevantes. El primero, que la Junta habla de «impulsar» la carretera en el periodo de vigencia del Plan de la Raya. Es decir, de aquí a seis años. El segundo, que la llamada variante de Rihonor, la conexión internacional, tendría que correr a cargo del Gobierno de España. Y ahí la Junta se limita, por tanto, a pedir el compromiso «jurídico, técnico y económico» del Estado para lograr su materialización en el plazo fijado hasta 2031.
Con Castilla y León metida en esa horquilla temporal, desde hace años daba la sensación de que Portugal iba más avanzado en lo tocante a los 27 kilómetros que le corresponden. El país luso decidió utilizar el plan de recuperación posterior al COVID, los famosos fondos europeos, para disponer de financiación y ejecutar cuanto antes su parte de la calzada. Así, la Cámara Municipal de Bragança resultó beneficiaria de una aportación de 29 millones de euros para construir la carretera.
En principio, según las informaciones aparecidas en 2023, Bragança diseñó una infraestructura de 16 metros de anchura, con curvas suaves y un tercer carril en los puntos de mayor desnivel. Una vía rápida de toda la vida. Ahí quedó la cosa. Lo que ocurre es que los fondos recibidos para esa obra «caducan» a finales de 2026 y no se atisban avances de ningún tipo con los trabajos. El asunto salió a la palestra en el debate entre candidatos a presidir la Cámara Municipal de la ciudad vecina, que celebrará elecciones el próximo 12 de octubre.
En ese contexto, y en un cruce de argumentos televisado por la RTP, el canal público luso, el actual presidente de la Cámara y candidato a revalidar el cargo, Paulo Xavier (PSD), abogó por un plan de transporte trimodal para el municipio, con impulso a las infraestructuras por carretera, al aeropuerto regional y a las conexiones ferroviarias. Fue aquí donde la aspirante del PS, Isabel Ferreira, subrayó que en la carretera hacia Sanabria no se había «avanzado nada».
«El beneficiario de los fondos es el municipio, y no conocemos ni el proyecto ni la declaración de impacto ambiental», advirtió Ferreira, que no fue la única en tocar este asunto. Nuno Fernandes, candidato de Iniciativa Liberal, incidió en la falta de avances para «la unión con Sanabria, que es el elemento estructural más importante para Bragança de los últimos diez años y de los próximos veinte». «Nos da acceso directo a la Autovía de las Rías Baixas y eso nos permite el paso de los camiones y la posible creación de una nueva zona industrial», recalcó el aspirante.
Dudas sobre el proyecto
Ante eso, Paulo Xavier, que se había mostrado muy optimista ante la posibilidad de que el AVE portugués pase por Bragança rumbo a Sanabria, trató de evitar en alguna ocasión tratar el tema, pero terminó por apuntar que sí hay proyecto y que hace un año que está en la fase de estudio ambiental. «No hay proyecto». le replicó nuevamente Ferreira, que pasó al ataque con el tema consciente de que faltan 15 meses para diciembre de 2026 y existe el riesgo de que no se pueda ejecutar la obra en el plazo que exige la adjudicación de fondos europeos.
El asunto también se sigue con inquietud desde el lado español. El alcalde de Puebla de Sanabria, José Fernández, estima que el Gobierno portugués del PSD «ha paralizado de una manera bochornosa la construcción de esa carretera».
