Días antes de que los fuegos del noroeste de España, incluidos los de Zamora, se diesen por controlados, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció públicamente su intención de proponer un pacto de Estado para luchar contra la emergencia climática, una de las causas que, según el criterio del Ejecutivo y de diferentes expertos, está detrás de la virulencia de los incendios que están golpeando a distintas zonas en los últimos años, con la provincia como una de las grandes penalizadas.
Después de varias comparecencias de Sánchez para plantear este asunto, el Gobierno facilitó este jueves un documento con un borrador del pacto que incluye un decálogo de medidas para abordar esta emergencia. Entre ellas, varias que aluden directamente a las zonas rurales y que ponen en el foco a territorios como Zamora, ávidos de soluciones, lleguen estas como lleguen y de donde lleguen.
En ese sentido, el punto cuatro de la lista aparece como el más claramente orientado a lugares como la provincia. En concreto, su texto pone sobre la mesa la siguiente propuesta: «Establecer un sistema de ayudas económicas, incentivos fiscales y servicios reforzados en el mundo rural para potenciar su poblamiento, robustecer su contribución a la protección y restauración de la naturaleza, y favorecer su adaptación a los diferentes escenarios que plantea el cambio climático».
Según el Gobierno, este sistema «deberá favorecer la adaptación a la emergencia climática mediante programas especiales de empleo verde vinculados a la bioeconomía, la restauración ecológica, la creación de paisajes mosaico, la reforestación, la agricultura sostenible y regenerativa, la ganadería extensiva y la reconstrucción de infraestructuras».
En esa línea, para el Gobierno, «será igualmente importante estimular el papel de la población rural mediante políticas de conectividad, cohesión territorial, acceso a servicios básicos y movilidad, asegurando así que los territorios más vulnerables al cambio climático dispongan de los recursos y oportunidades necesarios para garantizar su resiliencia y dinamismo social y económico».
Todo esto parte de la siguiente lógica: «La comunidad científica ha demostrado que esta clase de fenómenos climáticos extremos se volverán más frecuentes y severos en los próximos años, pero que aún estamos a tiempo de evitar que escalen y de reducir sus impactos sociales, económicos y medioambientales más severos. Para ello, será necesario dejar a un lado las disputas políticas y territoriales y alcanzar acuerdos multinivel y de largo plazo que articulen una respuesta a la altura del desafío», apunta el Gobierno.
Con ese objetivo en mente, se propone este Pacto de Estado frente a la emergencia climática que vuelve a poner buenas palabras ante los pueblos, a la espera de que alguna de esas declaraciones de intenciones llegue a concretarse.