Con entre el treinta y el cuarenta por ciento del personal de vacaciones y con miles de posibles pacientes más viviendo en el territorio. La sanidad pública arranca agosto, el que sobre el papel debería ser un mes vacacional, tensionada. Más que nunca durante este año, aseguran los sindicatos, que recuerdan que en Zamora van varios lustros en los que las vacaciones de los facultativos no se cubren, lo que deja a los centros de salud rurales (es donde más se nota la situación) bajo mínimos.
Los datos de tarjetas sanitarias de desplazados ofrecen un primer dibujo de lo que es la realidad en los pueblos zamoranos, aunque evidentemente se queda corto. Sí permite comprobar, no obstante, que la demanda de servicios sanitarios se dispara. En agosto del año 2024, según los datos que elabora la propia Consejería de Sanidad, en Zamora había activadas más de 17.000 tarjetas sanitarias de pacientes desplazados, las que se emiten para que estas personas, si van a estar aquí periodos relativamente largos, tengan derecho al uso del sistema sanitario en idénticas condiciones que los ciudadanos locales (lo que afecta, principalmente, al derecho a asistir al médico de cabecera). La mayoría de los pacientes desplazados, 7.179 según las estadísticas, llegaron desde Madrid. 4.854 procedían del País Vasco, 2.207 de Cataluña y 1.196 de Asturias, siendo estas las regiones más activas.
En agosto del año pasado había activas más de 17.000 tarjetas de desplazados en la provincia
Pero la realidad va más allá, asegura Jerónimo Cantuche, portavoz de la Plataforma por la Sanidad Pública de Castilla y León. Muchos, la mayoría de los veraneantes que estos días pasan parte de sus vacaciones en los pueblos, no solicitan la tarjeta de desplazado. No tienen derecho a médico de cabecera pero evidentemente sí al resto de servicios del sistema público de salud, entre ellos el de asistir a Urgencias cuando notan alguna dolencia. Con los centros de salud de los pueblos bajo mínimos en lo que respecta a personal, la situación es «de gran tensión», resume Cantuche. «Es un sistema que estas semanas, fundamentalmente en julio y en agosto, funciona en precario. Parece que ya hemos dado por sentado que en esta provincia las vacaciones y las bajas de los médicos no se cubren y esto no debería de ser así. Esperemos que no, pero nos daremos cuenta de lo que está pasando cuando haya una desgracia o cuando se produzca algún error de diagnóstico grave por la elevada presión a la que están sometidos los médicos», resumen las mismas fuentes.

En Zamora, calcula la Plataforma por la Sanidad Pública, hay unas cuarenta plazas de médicos de Familia sin cubrir en los centros de salud de los pueblos y otras tantas cubiertas por facultativos que no tienen de especialidad. En zonas de difícil cobertura, como Sanabria, son mayoría los médicos sin el MIR, lo que precariza aún más la atención que reciben los pacientes. A esto se suma que en la mayoría de los centros de salud hay dos, tres y hasta cuatro profesionales de vacaciones en el mes de agosto, un derecho al que acceden como cualquier trabajador. Aumentan los pacientes y bajan los médicos, una ecuación muy complicada de cuadrar.
La situación de los consultorios
No hay previsión de que este año se cierre ningún centro de salud, pero otra cosa son los consultorios. Los médicos que cogen vacaciones tienen establecidas sus visitas a los consultorios médicos de los pueblos y, cuando descansan, el trabajo debe ser asumido por otro facultativo que tiene pocos momentos libres para viajar a los pueblos que han quedado sin médico por las vacaciones del compañero. «La situación es que muchos consultorios cierran, que no hay atención si no se llama al médico y que se obligará a los pacientes a acudir a los centros de salud de cabecera» para recibir atención durante estas semanas.
Cantuche asegura que la situación perjudica tanto a los usuarios como a los profesionales, que «esto no debería ser normal» y que se lleva produciendo de forma sistemática desde el año 2014. «Entonces ya avisamos a la Consejería de lo que venía y no hicieron nada cuando podría haberse empezado a resolver el problema. Ahora la solución es mucho más difícil», lamentan desde la Plataforma por la Sanidad Pública. «No se ha hecho nada durante estos años y de nuevo nos encontramos cruzando los dedos para que no ocurra una desgracia».
La situación no es mejor en el hospital
La situación de los pueblos es más visible durante estas semanas, pero la falta de personal afecta también de forma importante a la Atención Hospitalaria. Como sucede en la Zamora rural, los médicos del hospital que durante estas semanas disfrutan de parte de sus vacaciones anuales no tienen de forma mayoritaria sustitutos. Las consultas quedan reducidas a la mínima expresión y la actividad en los quirófanos se limita a las urgencias y a casos que no pueden esperar.
Pero el Complejo Hospitalario de Zamora, denuncia Jerónimo Cantuche, está ya bajo mínimos durante todo el año. «Zamora tiene tres hospitales con unas 600 camas en total de las que se usan de diario poco más de trescientas». ¿Por qué? «Porque falta personal y medios», resumen las mismas fuentes. Así, se están enviando «cirugías mayores, de cadera y rodilla, al Hospital Recoletas, donde los medios son los que son» mientras las plantillas públicas están «infradimensionadas». No se habilitan más camas, denuncia Cantuche, porque no hay manos para atenderlas. Y solo en el marco de una falta de profesionales puede explicarse que más de la mitad de la lista de espera regional para especialidades como Traumatología de toda la comunidad esté en Zamora.
«Hay provincias de primera y de segunda, y Zamora es de las últimas»
Jerónimo Cantuche, portavoz de la Plataforma por la Sanidad Pública
«Son datos que dicen que aquí faltan médicos», ya sea en esta familia o en otras como Oftalmología o Urología. «Hay provincias que tienen plantillas acordes y otras que están sobredimensionadas. Pero en Zamora faltan médicos. Lo denunciamos, pero la Junta mira para otro lado». Hay provincias, concluyen desde la plataforma, «de primera y de segunda», y Zamora está en el segundo grupo.