La Asociación de la Residencia Conchita Regojo de Fermoselle decidirá el futuro del centro en una asamblea general convocada para el próximo 12 de agosto, una asamblea general extraordinaria que se deriva de la decisión anunciada por Cáritas de renunciar a la gestión de la residencia (en realidad son dos, aunque funcionen en la práctica como un único centro) a partir del próximo 1 de septiembre. La reunión, convocada por José Manuel Pilo, alcalde del pueblo y presidente de la asociación, lleva entre sus puntos la necesaria aprobación de la nueva dirección y administración de los centros Conchita Regojo y Don Antonio y Doña Esther.
Pilo recuerda que la Asociación es la propietaria de los dos centros y que por tanto tiene la última palabra sobre lo que sucede con ellos y sobre quién los gestiona. La alternativa propuesta por Cáritas es la de «externalizar» la gestión en una empresa, Residencias Asistenciales «El Niño Jesús», que tiene varios centros repartidos por la capital y por la provincia. Argumenta Cáritas que la residencia pierde dinero (más de 100.000 euros según algunas fuentes, aunque la asociación no conoce las cuentas oficiales del centro «ni las ha conocido nunca») y que las residencias son «insostenibles». Los dos centros suman alrededor de cien puestos de trabajo, personas que dependen directamente de Cáritas, y atienden a cerca de 130 residentes.

Cáritas anunció su decisión a la asociación propietaria de la residencia, a los trabajadores y a las familias de los internos hace unos días y la premura de las fechas (dejará de gestionar el centro dentro de poco más de cuatro semanas) deja poco margen de maniobra a los responsables de las residencias. Aunque la decisión formal se tomará finalmente el 12 de agosto, salvo que otra empresa manifieste a la asociación que tiene intención de gestionar la residencia en las semanas que quedan, algo improbable por lo costosos que son siempre estos trámites, no quedará otra alternativa que aceptar la propuesta de Cáritas y derivar la gestión a Residencias Asistenciales «El Niño Jesús». Aunque, eso sí, habrá que firmar otro contrato pues, si Cáritas ha decidido abandonar el centro, la intención es que no quede margen de duda de que está fuera de la gestión. La posibilidad de la gestión directa está descartada, asegura Pilo.
Ahora lo primordial para la asociación es apuntalar el futuro del centro ante una de las crisis más importantes a las que se enfrenta desde su fundación. «Fermoselle no puede perder uno de sus principales activos laborales y económicos», asegura Pilo, que prefiere «andar con pies de plomo» para evitar cualquier duda sobre el futuro o la viabilidad de la residencia. Sobre los puestos de trabajo, todo indica que, de entrada, habrá una subrogación de los trabajadores. Sobre las condiciones de los internos, sobre todo las económicas (lo que pagan por recibir el servicio asistencial), es aún pronto para aventurar nada. Hay, eso sí, preocupación por este motivo en las familias.
Cáritas y la Asociación de la Residencia Conchita Regojo suman cerca de tres décadas de relación que terminarán el 1 de septiembre. La organización de la Iglesia católica gestiona el centro desde el 30 de noviembre de 1986, recuerda Pilo. El contrato se firmó por treinta años que no se cumplirán por poco y con opción de prórrogas siempre que Cáritas se comprometiera, cosa que ahora ha decidido no hacer, a continuar dedicándose en este recinto al cuidado de los ancianos. La segunda residencia, Don Antonio y Doña Esther, inició su actividad en 2009. Ambas suman 129 plazas que, indican desde la asociación, podrían ser más si se aprovechara todo el potencial de las instalaciones.