El asfaltado de la avenida de Requejo, que obligará a cortar el tráfico en zonas de la travesía de entrada y salida de Zamora, comenzará en los próximos días y condicionará la circulación en la zona. Es, si cabe, la fase más complicada de las que quedan por desarrollar en el proyecto de humanización de las travesías de la ciudad una vez va estando rematado el asfaltado de Cardenal Cisneros, que ha condicionado el tráfico en la avenida desde principios del mes de junio. Los operarios rematan durante estos días el asfaltado en la nueva glorieta de Príncipe de Asturias y queda solo un pequeño tramo, donde se produjo el socavón a la altura del parque de León Felipe, asegura el concejal David Gago.
«Nos hemos quitado ya la parte más dura, más complicada y que más dolores de cabeza ha supuesto» a los responsables de la ordenación del tráfico y a los conductores, apunta el edil. Ahora los usuarios empezará a ver «cómo la obra facilita mucho el tráfico» y empezarán a disfrutar de una «avenida maravillosa, tanto para caminar como para circular por ella».
Gago reconoce que las obras durante las últimas semanas han supuesto una «absoluta tortura» pero celebra que la ciudad vaya a quedar «renovada» por lo que respecta a tres de sus principales arterias de circulación. «Es una mejora para la ciudad, para la circulación y para los peatones». Con todo, quedan remates, que se irán acometiendo poco a poco, como desagües que no están bien hechos y no acaban de funcionar o caídas de agua que no cumplen su función. «Serán cosas que se solucionen cuando empiece a estar terminada» la obra, remarca Gago, que asegura que Zamora ya empieza a atisbar el final de varios meses de intensas obras en sus calles.