El Obispado de Zamora ha apartado de la vida pública a un sacerdote acusado de realizar tocamientos a una niña en el primer trimestre del año 2024. Lo ha comunicado este viernes el obispo de Zamora, Fernando Valera, durante la presentación del balance de la Oficina de Atención al Menor. La comunicación de los supuestos hechos llegó por medio de un sacerdote, compañero del acusado, alertando de circunstancias que habían sucedido con la citada menor. «Se activaron los protocolos y se tomaron todas las medidas preventivas y correctoras», ha apostillado el obispo, se dio traslado de los supuestos hechos a la familia y se pusieron todas las circunstancias en conocimiento de la Fiscalía, que dictaminó que no era preceptivo actuar de oficio. La familia tampoco presentó denuncia.
Valera asegura que sobre el sacerdote, que está jubilado y que no canta misa en ningún templo en oficio público, aunque sí puede seguir practicando la Eucaristía en los ámbitos privados, se han aplicado ciertas medidas. Sobre él pesa un «Decreto penal» que conllevará la adopción de sanciones si vuelven a producirse hechos, supuestos, con él como protagonista. Tampoco tiene acceso a ninguna actividad en la que haya menores de edad. El Obispado asegura que los hechos se produjeron sin que el sacerdote en cuestión tuviera acceso continuado con menores y sí en un momento «circunstancial». «Somos muy rigurosos con los protocolos. Si no hay denuncia, lo más que podemos hacer es poner este Decreto Penal y limitar las actuaciones» del implicado, ha detallado el obispo.
Esta es una de las tres denuncias recibidas por la Oficina durante el año pasado. La segunda tiene que ver con un monitor de un proyecto educativo de Cáritas que hizo un «uso indebido» del teléfono y que llegó a invitar a casa a otra menor, que no llegó a acudir. El voluntario fue apartado de sus funciones y el caso trasladado a la Fiscalía, que en julio de 2024 dictaminó el sobreseimiento. Con todo, el voluntario no ha vuelto a sus funciones. El tercer caso, no relacionado con la Iglesia, lo inició una madre que denunciaba que su exmarido abusaba de sus hijas. Se brindó «acompañamiento psicólogo y legal» a la mujer.
Abusos en 1989 y 1990
A mayores, el obispo ha comunicado que ha tenido conocimiento directo de dos casos sucedidos en el pasado en los que se han detectado posibles abusos sexuales, también en el seno de la Iglesia. El primero de ellos, con hechos supuestamente sucedidos en 1989, lo ha denunciado un sacerdote, que aseguraba que otro cura había abusado de él cuando era menor de edad. Se presentó denuncia, que trató el Vicario Judicial y se envió posteriormente a Nunciatura y al Tribunal de la Rota, en Madrid, donde el caso sigue su curso. El segundo caso antiguo viene de 1990 y es un seglar el que asegura que un sacerdote abusó de él cuando era ya mayor de edad. Los dos curas denunciados están fallecidos, por lo que no se abrirá proceso penal contra ellos, aunque sí se están investigando.
El Obispado ha puesto sobre la mesa estos casos haciendo gala de transparencia durante la presentación del Proyecto Kumi, que es la nueva forma que toma la Oficina de Protección al Menor para investigar, acotar y ayudar a las víctimas de casos de abusos en la Iglesia. El proyecto nace con la idea de «reconocer, prevenir, atender y reparar a las víctimas», han detallado desde el clero.