La gravedad relativa de una dolencia no puede retrasar «sine die» la atención médica que una persona recibe en la Atención Especializada. Así lo estima el Procurador del Común en una de sus últimas resoluciones, relativa al funcionamiento de la sanidad pública en el Complejo Asistencial de Zamora y, concretamente, al funcionamiento de la Unidad del Dolor, que el año pasado «colapsó» (en palabras de los responsables de la Junta en Zamora) provocando demoras de muchos meses en las citas que determinados pacientes arrastran todavía a día de hoy.
Las explicaciones de la Consejería de Sanidad, que indicaba que la Unidad del Dolor forma parte del servicio de Anestesiología y Reanimación, que los profesionales tienen una elevada carga de trabajo propia de las otras funciones que realizan y que los pacientes con dolencias graves reciben atención más rápida, «en menos de un mes», no convencen al Procurador del Común, que pone «asteriscos» a todas ellas en su argumentación. «Como hemos indicado en otras resoluciones, los retrasos en la atención se producen no en estos pacientes preferentes, con dolencias graves u oncológicos, a los que lógicamente hay que priorizar la asistencia, sino en esos pacientes que carecen de ese criterio de prioridad y que desconocemos en qué plazo de tiempo han sido o van a ser atendidos con la finalidad de abordar el dolor crónico que padecen», asegura el Procurador.
Una elevada demanda obliga a la realización de una previa valoración de cada solicitud priorizando a los pacientes en base a criterios clínicos, «pero no se debe olvidar que la gravedad relativa de una dolencia no puede justificar que no se aborde la misma con la debida celeridad, máxime en estos supuestos de pacientes con dolor crónico, para los que un diagnóstico o tratamiento tardío puede llevar a meses o incluso años de sufrimiento», asegura la institución regional. Por lo tanto, entiende el Procurador que «debe ofrecerse a estos pacientes una respuesta rápida, adecuada y eficaz a las demandas asistenciales que requieran, puesto que la reducción de los tiempos de espera es decisiva para mejorar la atención sanitaria de los mismos, al objeto de valorar las alternativas de tratamiento para el alivio del dolor y efectuar el seguimiento oportuno del mismo».
Sí son comprensibles, argumenta el Procurador, determinadas demoras para acceder a las prestaciones sanitarias no urgentes en el marco de un sistema presidido por los principios de universalidad y gratuidad, aunque estima también que «las mismas no son concebibles si superan unos límites tolerables médica y personalmente, en cuyo caso se produce una verdadera inasistencia».
Una gestión inadecuada de las listas de espera, prosigue la institución regional, puede vulnerar el «derecho a la protección de la salud» que la Constitución Española reconoce a todos los ciudadanos. Una afirmación esta que cobra mayor relevancia en un contexto como el actual, en el que la propia Gerencia Regional de Salud reconoce que hay más de 22.000 zamoranos que esperan la primera cita con el médico especialista y que 15.000 de ellos ni siquiera han recibido una fecha para ir a consulta.
Por lo que refiere a la situación actual del servicio de Anestesiología y Reanimación, del que Depende la Unidad del Dolor, la Gerencia asegura que la espera media desde que se recibe la citación es de cinco días. Datos que no cuadran con las 581 personas que están pendientes de cita, algo de lo que ya se hacía eco el propio Procurador del Común cuando Sanidad puso sobre la mesa unas estadísticas que no reflejan la situación real del servicio.