Calor fuera y ambiente caldeado dentro. El Pleno de julio en la Diputación transcurrió con los debates habituales y con algunas salidas de tono menos comunes. Hubo disputas políticas, pero también enfrentamientos personales, particularmente entre algunos representantes del Partido Popular y la portavoz de Izquierda Unida, Laura Rivera, que terminó casi a gritos con el presidente, Javier Faúndez, en una de sus últimas intervenciones. No fue la sesión más edificante del mandato.
El asunto se enconó a partir del debate sobre la nueva estrategia «silver economy» aprobada hasta 2030. En ese punto, Rivera incidió en la importancia de defender los servicios públicos por encima del negocio en el ámbito de los cuidados, mientras que Víctor López de la Parte le hizo saber que, hace un par de años, el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, se sometió a una operación en una clínica privada para resolver un problema de visión.
Ese comentario molestó a Rivera, que en una intervención posterior incidió en que Guarido había pagado esa operación con su dinero, «no con el de Bárcenas». Además, se refirió al vicepresidente primero como «Víctor de las partes» y acusó a los populares de «enmierdar la política». Faúndez le recordó a la portavoz de IU lo inadecuado de esa forma de referirse a un diputado, lo que derivó en una conversación casi a voces en medio del debate.
El asunto continuó coleando un rato, pues un miembro del PP lanzó al aire, sin micrófono, que Rivera estaba diciendo «bobadas», un apunte que tampoco agradó a la representante de la oposición. El paréntesis de patio de colegio acabó por cerrarse cuando el debate, que ya por entonces versaba sobre la A-11, se recondujo hacia el intercambio de pareceres sobre esa cuestión.
Ahí, la portavoz socialista, Sandra Veleda, destacó que el compromiso del Gobierno de España con la infraestructura «es más que patente». «Las obras están iniciadas y eso ha ocurrido con un Ejecutivo socialista», apuntó la representante del PSOE, que salió al paso de las críticas del PP sobre los proyectos que hablan de la construcción de una primera calzada para las circunvalaciones con una carretera convencional, no de cuatro carriles.
Veleda afirmó que eso no es incompatible con una ampliación posterior y que, de hecho, es común en este tipo de proyectos. Ante esto, Faúndez incidió en que los planos actuales hablan de un carril por sentido en las variantes y abundó en el hecho de que los planos recibidos en 2021 no decían eso: «Tiene usted un papelón por venir a defender lo indefendible», le dijo el presidente a la socialista, al tiempo que amenazó con cortes de carretera si el Ejecutivo nacional mantiene esa idea.
La moción para pedir que el Gobierno ejecute la autovía entre Zamora y Portugal al completo salió adelante con los votos a favor de todos los grupos salvo el PSOE, que lamentó la «demagogia» del equipo de Gobierno.