A Baltasar, de apellido Santiago, le operaron del corazón hace poco. Sobra decir, por tanto, que tenía razones de peso para borrarse del Día de la Comarca de Aliste, Tábara y Alba. Sobre todo, porque este año la cita era en Ferreras de Abajo, a 50 minutos en coche de su pueblo, Castro de Alcañices. Pero este hombre, que bordea ya los 80, no es de los que se arredran. Y menos para esta cita: «Creo que, salvo en el 92, que estaba recién fallecido mi padre, he estado en todas», subraya el artesano, que habla sin soltar su placa. La acaba de recibir.
La inscripción reza lo siguiente: «Facata agradece a Baltasar Santiago por su inestimable aportación como artesano al Día de la Comarca». A su lado, Francisco Moldón, de Ferreras de Arriba, sujeta un detalle idéntico con su nombre: «Los dos somos de los fundadores de esto», apunta el segundo homenajeado, que recuerda que, en los primeros años de la fiesta, allá por los primeros 90, ambos venían como músicos.

«Apenas había gaiteros por aquí y nosotros teníamos el grupo y tocábamos», apunta Francisco. Poco después empezaron a venir con el puesto: Baltasar con sus tambores, Francisco con sus esculturas: «Siempre coincidimos», señala el representante de Ferreras de Arriba, que da explicaciones como puede tras recibir por sorpresa el detalle de la organización. Que solo haya dos artesanos reconocidos y con esta fidelidad a la cita habla bien de dos hombres de esos que hacen comarca.
«Siempre hemos colaborado con esto», asegura Francisco, mientras Baltasar lamenta que la operación no le ha dejado este año demasiado margen para traer instrumentos nuevos. Eso sí, asegura que seguirá fabricándolos con maña y paciencia: «Dios me ayude», lanza al aire. Lo suyo son los tambores, pero también intentará alguna gaita. De sus manos han salido piezas para toda la contorna. Son ya muchos años de labor.
«Sin venir a ganancias»
¿Y en la feria como tal se vende bien? Los dos se encogen de hombros antes de responder. Francisco trae sobre todo figuras religiosas y alguna otra pieza, pero recalca que la importancia no es tanto darle salida a eso como aportar color a un festejo que sirve para hacer comunidad entre los pueblos: «No es lo que se venda, vale con estar», resalta Baltasar, «sin venir a ganancias».
Mientras ambos hablan suena la música popular que también salió en su día de sus manos, de su conocimiento y de sus instrumentos.
– Van 34 ediciones. A la 35 estáis si se puede, ¿no?
– «Hombre, tenemos que estar».